Este domingo, Estados Unidos terminó por proponer sus principales modificaciones al TLCAN. El equipo negociador que lidera John Melle puso sobre la mesa la eliminación del Capítulo 19 del tratado dedicado a arbitrajes. 

El viernes fueron las reglas de origen y cambios sustanciales en el comercio de productos estacionales (alimentos) y ayer sábado una cláusula para que el tratado sea revisado cada cinco años.

Esto se complementa con el ánimo en Washington por parte de las delegaciones de EU y México. Ya es completamente palpable que el diálogo ha llegado a un punto de difícil retorno. El representante comercial Robert Lighthizer ha desplegado el escenario en el cual todo lo que pide, y en los términos que lo pide, es imposible de aceptar para Canadá y México. 

De hecho, el equipo de Ildefonso Guajardo ya no analiza tanto como rearmar el acuerdo sino cuál será la mejor forma de concluirlo. El consenso general en su staff es que el país no debe abandonar la mesa de negociación y seguir ganando tiempo para alistar los acuerdos con la Unión Europea, Reino Unido, Sudamérica y Canadá.

El desafío es que Canadá también quiera replicar esta actitud. Chrystia Freeland tiene una relación de alta tensión con Ligthizer y no está lejos de retirar a su país de la mesa de negociación. En este aspecto será crucial el contenido de a conversación entre Enrique Peña Nieto y Justin Trudeau.