
El presupuesto de 2024 resulta un alivio para Pemex: le permitirá hacer frente a sus compromisos de deuda inmediatos en el mercado de bonos y traza una ruta para su adeudo con proveedores. Sin embargo, es un remedio de corto plazo y que temrina presionando el déficit, consideran analistas.
En el paquete económico 2024 que Rogelio RamÃrez de la O presentó este viernes ante el Congreso se establecieron dos tipos de apoyo: por un lado, se plantea un superávit en Pemex de 145 mil millones. Es el dinero que el gobierno le inyectará a la petrolera.
El otro apoyo fue volver a reducir su carga fiscal: la tasa de Derecho por Utilidad Compartida (DUC) -el principal impuesto que paga la petrolera a la hacienda pública- se propone que pace de 40% a 35%, lo que significará alrededor de 2,500 millones de dólares.
"El superávit financiero, más la reducción del DUC y considerando el tipo de cambio actual, te da poco más de 10 mil millones de dólares, con lo que te alcanza para los vencimientos de deuda de corto plazo y te da un poquito más, en caso de que algún banco no renueve la lÃnea de crédito que vencen el año que viene", dijo en diálogo con LPO Gabriel Casillas, analista de Barclays.
En su opinión, se trata de una solución que "ataja el problema en el corto plazo", sobre todo luego de la inquietud del mercado, pues si bien Hacienda y Pemex daban señales de que continuarÃa el apoyo, no se habÃa especificado cómo. Pero el analista también advierte que, pese a este apoyo, en el largo plazo "Pemex no es sostenible".
Y esque no queda claro cuál será el destino de la petrolera, cuya calificación crediticia está dentro del rango de bonos basura y sigue sin lograr un modelo de negocios que le dé autonomÃa para financiar nuevos proyectos y encarar su altÃsima deuda, por lo que este presupuesto, si bien saca a flote a la petrolera para el fin de sexenio, no le ataja el camino a la siguiente administración, que tendrá que tomar decisiones al respecto.
Además, RamÃrez de la O dejó en claro que el apoyo está sujeto al compromiso de Pemex de mantener cierta prudencia fiscal, es decir: "mantener un endeudamiento moderado y a que, en lo posible, el saldo de la deuda pública de Pemex refleje una reducción respecto al saldo del año anterior", según se lee en el documento de Hacienda.
Hay que considerar también que, para el año próximo, la dependencia espera que el costo financiero de Pemex se reduzca en 4,745 millones de pesos, que representa una caÃda de 7.6% real con respecto al nivel aprobado en 2023, lo cual liberará mayores recursos para la empresa.
En términos de gasto, este año Hacienda también optó por un recorte en Pemex, pues para 2024 se propuso que sea de 456, 021 millones de pesos, que es 32.8% menos que lo propuesto para este año.
El tema del adeudo con proveedores también fue considerado en su presupuesto, pues se menciona que "se apoyará con operaciones de factoraje, a través de NAFIN, y con operaciones de financiamiento, a través de BANOBRAS, para otorgar liquidez a las empresas proveedoras de Pemex".
¿Presupuesto responsable?
Si bien el apoyo de Pemex desactiva una bomba de tiempo para una de las empresas prioritarias de la 4T, por otro lado, abre un debate sobre lo responsable de este presupuesto, ya que el déficit púbico se disparará a niveles históricos para el cierre del sexenio.
A costa de mantener e incluso ampliar el apoyo a Petróleos Mexicanos, RamÃrez de la O tuvo que sacrificar el balance público, con lo que para 2024 habrá un déficit fiscal de 4.9% del PIB, el más alto en más de 30 años, muy por arriba del 3.3% estimado para 2023.
De acuerdo con el documento de presupuesto entregado al Congreso, sobre una base primaria -restando los pagos de la deuda- México pasará de un superávit del 0.1% a un déficit del 1.2% el próximo año.
Para analistas como Mario Correa es una señal de alarma que pone en riesgo la responsabilidad fiscal que ha caracterizado a la administración de la 4T. "Son metas fiscales abiertamente alejadas de la disciplina que tanto han pregonado y representan un riesgo para la estabilidad económica", dijo a LPO.
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La alerta es menor para Gabriel Casillas, economista en Jefe para Latinoamérica de Barclays, que considera que este paquete sà es responsable y realista, sobre todo, considerando que se prevé un mayor crecimiento del PIB para 2024 que podrÃa materializarse en la medida que la desaceleración en Estados Unidos serÃa menor a la esperada a inicios de 2023, asà como los efectos del nearshoring.
"El déficit sà va a incrementar, pero lo amarras cuando ves la deuda: utilizando la definición más amplia (SHRFSP), se espera que sea de 48.8% para 2024, que si bien es mayor al 46.5% estimado este año, es menor a la prevista en precriterios, que era de 49.9%, ¿por qué quejarse? El PIB está creciendo, se me hace responsable", afirmó.
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