Por estos días Morena se enfrenta a problemas de los agradables, como cuando un entrenador de fútbol tiene a tres goleadores y sólo hay espacio para uno sólo. El resultado del pasado domingo fue tan abrumador, que Moreno todavía no logra proyectar cómo encaminará tantos Gobiernos con sus bases de militantes.

Es un problema que suele repetirse entre las fuerzas políticas nuevas que logran en poco tiempo resultados arrolladores. ¿Cómo conformar equipos de trabajo para tantas áreas, que cumplan al mismo tiempo con dos requisitos básicos: capacidad y lealtad?

Morena tendrá el control del Gobierno Federal, que necesitará de conductores y equipos de ejecución en decenas de áreas. También será gobierno en la Ciudad de México y en otras cuatro gubernaturas. Además de controlar el Senado y San Lázaro. Impactante crecimiento para un partido que tiene apenas cuatro años.

Además, algunos de los hombres que ya fueron nominados para el Gabinete no tomarían posesión. Es el caso de Héctor Vasconcelos, que esta misma tarde fue reemplazado por Marcelo Ebrard.

No se trata sólo de Secretarios, sino también se subsecretarios, y coordinadores de los organismos desconcentrados, como el SAT, Profeco, Banobras o tantas otras áreas que necesitarán gente de confianza.

En ese marco, Andrés Manuel López Obrador está convocando a todos sus amigos, asesores y colaboradores históricos, muchos de los cuales formaban parte del team de Claudia Sheinbaum en la Ciudad, quizás una de las consentidas del tabasqueño.

Perfiles como Paola Ojeda, José Merino, Jesús Ramírez Cuevas o la propia Rosa Icela Rodríguez son -en mayor o menos medida- colaboradores de vieja data de López Obrador. Muchos de ellos fueron convocados al Gobierno Federal.

En ese marco, Claudia Sheinbaum esperaría unas semanas más para conocer quiénes de los históricos de Morena son convocados al plano nacional, para luego sí confirmar su propio Gabinete.