Las paradojas tienen la particularidad de obedecer reglas contradictorias entre sí. Como en el lenguaje el oxímoron, en la física los dilemas paradojales suelen resultar siempre atrapantes. En política electoral las paradojas son siempre un mal síntoma que suele tener como resultante una resta. Hoy Juntos por el cambio atraviesa una paradoja electoral.

Hay una regla de pregnancia política en la construcción de representación electoral, no sacrificar en el proceso de captación del elector objetivo la oportunidad de colonización del elector no propio. Esto es un manual de base.

Milei es el botón rojo

El triunfo de Javier Milei en las PASO con casi el doble de electores que la ganadora de JXC Patricia Bulrrich deja en una situación de jaque la estrategia de cara a octubre para el frente. Resulta que su capital electoral -dieciséis por ciento- es directamente compatible con la representación de Milei.

De este modo conservar ese capital electoral requiere una profundización del discurso que identifica al votante, la paradoja es que al conservar ese elector se sacrifica la capacidad de colonizar el elector no representado por discursos duros. De modo tal que la escena resulta un Damocles para Patricia Bulrrich.

El triunfo de Milei en las PASO con casi el doble de electores que Patricia Bulrrich la deja en situación de jaque para octubre. Meterse en el ballotage le exige el doble de votos que obtuvo, salir a conquistar ese elector obligaría ablandar su matriz y en consecuencia podría vivir una fuga de su propio electorado a manos del libertario.

Meterse en competencia para el ballotage requiere al menos el doble de votos que obtuvo en las PASO, salir a conquistar ese elector obligaría ablandar su matriz y en consecuencia podría vivir una fuga de su propio electorado a manos del libertario.

Massa y el manual de Laclau

La estrategia del candidato del oficialismo esta signada por la representación de antagonismos. El discurso de Javier Milei es eficiente en la fidelizacion de sus electores pero resulta estrecho en perspectiva de conquista por su naturaleza estridente. 

En ese marco, donde Milei presenta planes de ajuste y dramaticas reformas del estado es donde Massa puede crecer bajo la lógica de conquista de un elector asustado o signado por la premisa del "mal menor" que alguna vez expuso Sartre. 

Según el manual del politólogo y filosofo argentino Laclau "los antagonismos son una parte constitutiva de la sociedad e imprescindible" en medio de una crisis económica que no habilita laureles para exhibir en materia de gestión, la construcción de electores para Massa debería estar enfocada sobre la agenda del libertario. Lo que alguna vez fue Braden o Perón. Una receta conocida por la política argentina.

La oportunidad de LLaryora

En este escenario el electo gobernador de Córdoba resulta ileso de costo político. La perspectiva de cambio de época sumado al fracaso electoral de algunos caciques del kirchnerismo insinúa la posibilidad de un enroque generacional en el PJ nacional, ahí es donde Llaryora como gobernador de Córdoba en los próximos cuatro años intentara ungir liderazgo. 

Las hipótesis del país en materia económica resultan poco alentadoras pero ese podría ser un capital a explotar para el peronismo cordobés. En el escenario de un Milei presidente el peronismo quedaría huérfano de liderazgo y es donde podríamos intuir el gobernador se presentaría como referente de la renovación desde el interior. 

En el escenario de un Massa presidente Llaryora también podría protagonizar la escena legitimando desde Córdoba un posible restructuramiento de poder con Massa a la cabeza. La lógica de concertación que propone el electo gobernador de Córdoba, sumado al factor gestión y la diferenciación del kirchnerismo le dan una ubicación expectable en el escenario nacional.