La presidencia del salvadoreño Nayib Bukele está sacudiendo a sus vecinos de Centroamérica y su combate a las pandillas y los grupos narcos parece no entender de ideologÃas polÃticas.
Luego de poner en funcionamiento un Centro de Confinamiento para pandilleros y aplicar una polÃtica de mano dura que redujo al mÃnimo la violencia y los delitos, Bukele fue acusado por violar libertades individuales y no respetar las garantÃas y los derechos humanos.
Según informes de diversos organismos internacionales, la polÃtica de Bukele detuvo a 68.000 personas en El Salvador, en la mayorÃa de los casos, sin debido proceso bajo un estado de excepción que ya lleva más de un año.
La izquierda gana en Honduras y vuelve al poder tras 12 años
Sin embargo, eso no parece haber hecho mella en la presidenta de izquierda de Honduras, Xiomara Castro, que acaba de implementar medidas drásticas para combatir la violencia en su paÃs a través de una feroz ofensiva policial y militar contra los grupos pandilleros.
Castro asumió en 2021 luego de 12 años de gobiernos de derecha que llevaron las riendas del paÃs tras el golpe estado sufrido por sus marido, José Manuel Zelaya en junio de 2009. Fue justamente Zelaya el que, en su carácter de secretario de Estado de Defensa Nacional, se encargó de anunciar esta nueva polÃtica de seguridad que tiene como objetivo central recuperar el control de las cárceles. "Iniciamos actividades para que las cárceles dejen de ser escuelas del crimen y romper el ciclo con el crimen organizado", dijo el ex presidente.
"La vida y la seguridad de los ciudadanos y sus bienes la garantiza la Constitución. Nuestra misión es derrotar el crimen organizado que está en las cárceles y vamos sobre los autores intelectuales que operan desde afuera", agregó.
Acto seguido, el gobierno hondureño hizo circular imágenes de pandilleros con el torso desnudo, esposados y en el piso, idénticas a la estrategia comunicacional de Bukele que despertó un mar de crÃticas de los sectores progresistas.
La decisión de Xiomara de avanzar en esta dirección se produce luego un masacre ocurrido en el norte del paÃs que dejó 13 muertos a las que se suman otras 8 personas asesinadas en el resto del paÃs el mismo fin de semana y 46 mujeres fallecidas en una pelea en la cárcel de mujeres entre grupos pandilleros 5 dÃas antes.
Con este contexto delicado, Castro decretó el toque de queda en Chaloma y San Pedro Sula, la ciudad más importante del paÃs, y dio comienzo a una operación policial que incluye allanamientos, capturas de posibles criminales y retenes. "He tomado medidas para darles seguridad ante el brutal y despiadado ataque terrorista a que están sometidos por los matones a sueldo entrenados y dirigidos por los cabecillas del Narcotráfico que opera impunemente", escribió Castro el pasado domingo en su cuenta de Twitter.
Como ocurre en El Salvador, Honduras tiene buena parte del territorio controlada por pandillas como la Mara Salvatrucha y la Pandilla 18, quienes además suelen enfrentarse violentamente para disputarse las zonas. Ante eso, el gobierno de izquierda de Honduras mandó a actuar a la PolicÃa Militar.
Las crÃticas no tardaron en llegar, por ejemplo, de AmnistÃa Internacional que planteó: "En total despliegue bukelista de populismo punitivo, el Gobierno de Xiomara Castro replica polÃticas fallidas de seguridad que solo profundizan un contexto de crisis de derechos humanos". "El falso dilema entre la seguridad y los derechos, nos ha pasado alta factura en la región", añadió.
LPO dialogó con una alta fuente del gobierno hondureño que explicó que "esta decisión fue tomada en Consejo de Defensa y Seguridad. FFAA y PolicÃa forman parte de ese Consejo. Esta fuente no está conforme con la comparación que hacen con Bukele y alega "diferencias estructurales".
"Ellos no tienen Policia Militar. Y recordá que la presidenta le cambió el sentido a las FFAA y las PolicÃa Militar. Con Juan Orlando Hernández (presidente anterior) se dedicaban a matar gente por órdenes de él, a reprimir, perseguir y amedrentar. Ahora son un componente social activo para enfrentar al crimen", justifica.
En esa lÃnea, esta fuente plantea: "Te puedo decir que el gran ejercicio de la presidenta es cambiar la lógica castrense contra el pueblo para constituir una a favor del pueblo. Lo que sà queda claro es que al crimen, pandillas y narco, la jefa va con todo". "Hay que entender el nuevo rol de los militares en Honduras. Una FFAA morazanistas a la orden del pueblo y no unas FFAA a la orden del fascismo. Asà que estamos en eso, atravesando esa etapa refundacional de los castrenses", concluye.
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