Joan Sanchis es profesor asociado de Economía Aplicada de la Universitat de València. Hasta hace poco fue asesor de la Secretaría Autonómica de Ocupación de la Generalitat. Su militancia a favor de la reducción de la jornada laboral tiene un anclaje en la infancia.
Su padre se deslomó durante 35 años en una fábrica textil. Cuando hacía turnos muy largos, Joan y su madre iban a visitarlo al trabajo. En la mente de un chico, la nave era un lugar agresivo y hostil. Para los adultos, sin embargo, era el "paradigma del bueno empleo".
"Mi padre dejó la piel para sacar adelante a su familia en condiciones muy duras y a costa de perder mucho tiempo con sus seres queridos. No tiene sentido que hoy sigamos reproduciendo esas jornadas laborales cuando gracias a la tecnología la productividad aumentó un 2000% en las últimas décadas. Algo está fallando", introduce el economista en el coloquio organizado este lunes por la mañana por Sumar para explicar en detalle -y con muchas voces- una de sus principales medidas: "trabajar menos para vivir mejor".
A la derecha de Sanchis está sentada María Álvarez, emprendedora y cofundadora de los restaurantes La Francachela, una empresaria que ya aplica la semana de 4 días en la hostelería. Recuerda que hace cuatro años hablar de este tema era "una locura". Hoy no solo se debate en las vísperas de unas elecciones generales; también parece posible. "Estamos hablando de un horizonte real de transformación, de futuro y de progreso para mucha gente", dice sobre lo trascendente y crucial de esta medida.
En el otro extremo de la sala María Zambrano del Círculo de Bellas Artes de Madrid está sentado Héctor Tejero, uno de los máximos referentes en materia de energía y ecología de Más País, moderador de la actividad.
Reducir trabajo sin bajar el sueldo, la medida "decrecentista" que propone Yolanda Díaz para el 2024
En su breve presentación admite que "no es suficiente" que la reducción de la jornada laboral esté hoy en debate. No alcanza con "seguir hablando", el objetivo -hoy palpable- es poner esta transformación "en marcha" y empujar al PSOE a que se anime a dar esta batalla en caso de revalidar una coalición progresista.
Tejero introduce una frase clave del coloquio: la necesidad de refutar el lugar común que utiliza la derecha para desprestigiar y deslegitimizar esta medida: "Son unos vagos que no quieren trabajar".
Sanchis ya había mencionado esta descalificación. Cuando Compromís puso en marcha el proyecto piloto de reducir la jornada laboral, un periódico valenciano ilustró su portada con una hamaca en una playa: "Nos trataban de vagos, decían que era una medida para no trabajar. El tiempo nos dio la razón. Está comprobado que es una política que mejora la productividad, que es económicamente rentable, que genera empleo, que mejora la salud de los trabajadores y que protege el medio ambiente".
"¿Vagos?", lanza con ironía Mónica García, líder de Más Madrid, durante su intervención. "Nada de eso. Queremos democratizar las hamacas. El tiempo libre es salud, economía y conciliación. Lo que pasa es que mucha gente que solo ha trabajado en la política quiere que todos trabajemos para ellos", aclara.
El actual modelo de "trabajos extenuantes y excesivos" no solo atenta contra la productividad y provoca que la "economía vaya a peor", también machaca la salud física y psíquica de millones de trabajadores.
"En Sanidad hay turnos de 24 horas. ¿Quién quiere ser atendido en la hora 23?. Nadie. Tampoco Ayuso y Feijóo. Por eso necesitamos reconquistar el tiempo. Porque ir al parque es de las cosas menos productivas para el neoliberalismo, pero es de las cosas más productivas para la vida", resume García.
El micrófono pasa a las manos de Iñigo Errejón, líder de Más País y político que más ha luchado por romper los tabúes y por darle institucionalidad al debate.
Es el encargado de cerrar el el coloquio -tras una intervención "metodológica" de Tesh Sidi, ingeniera informática y número tres por Madrid de la lista de Sumar, sobre los procesos ágiles que ya funcionan en el mundo de la economía digital- y de refutar las críticas de las élites.
Explica que la reducción de la jornada laboral tiene mucho de "deseo individual", de vericuetos para "trabajar menos".
"La diferencia es que nosotros lo intentamos para todos y reconocemos que eso que nos pasa, que esa tendencia de los seres humanos a querer tener más tiempo, no es un vicio inconfesable, sino que es un motor de avance humano, el motor por el que los seres humanos hemos inventados cosas para que nos hagan el trabajo más sencillo", afirma.
Y agrega: "A nadie se le ocurría decir hoy "eres un terrible vago porque gracias el invento de la polea te ahorras subir los muebles". Otra cosa es que los avances tecnológicos no son neutros. Y a menudo, gobernados por los de arriba, se convierten en mayor control. No planteamos la reducción de la jornada porque queremos que exista una mayor eficiencia y un mayor control sobre la vida de los trabajadores, lo planteamos porque queremos liberar el tiempo".
Para Errejón es "muy difícil que las etiquetas políticas consigan hoy motivar a alguien". Por eso, explica, es "fundamental recuperar horizontes de utopía, por los que valga la pena darlo todo".
"Y nuestro siglo esos horizontes son dos: el tiempo y la tierra. La posibilidad de vivir en una tierra que nos haga la vida placentera y la posibilidad de tener tiempo para disfrutar de esa vida".
La pregunta clave es "quién se está quedando con el tiempo" si el desarrollo de la tecnología logró, justamente, ese propósito.
Nosotros no tenemos más tiempo que nuestros padres, tenemos menos. Si hoy hace falta menos horas de trabajo humano para producir las mismas mercancías y hoy ese tiempo no nos lo estamos quedando nosotros, entonces quién. Aquí hay una pelea", repite.
Sumar, recuerda Errejón, plantea en su programa una reducción de la jornada laboral en dos momentos: de 37,5 horas para 2024 y de 32 a final de la legislatura. "Hay una papeleta en estas elecciones que garantiza que ya el año que vienen puedas salir una hora antes del trabajo . Eso se puede votar", dice.
Junio fue el mes más caluroso de la historia: "Las campanas de alarma están sonando fuerte"
El socio político de Yolanda Díaz resume las bondades de esta política en cinco puntos:
1) Beneficio para la salud física y mental.
2) Genera más libertad: "Son más libres las personas que tienen más tiempo a dedicar a aquello que les gusta, pero además son más libre para poder defender mejor su libertad, por algo las personas que tienen más tiempo son más influyentes en la esfera pública".
3) Equilibra la balanza entre el tiempo que le dedican hombres y mujeres al trabajo no pagado.
4) Por la huella ecológica: "Jornadas más cortas implica menos desplazamientos, vidas más lentas, vidas de circuitos más cortos. Tipos de vidas que ayudan a combatir la crisis climática. Tenemos que reducir emisiones, pero tenemos que cambiar la vida".
5) Por una cuestión económica: "Pasar de la cultura del esfuerzo a la cultura del resultado. Necesitamos una reforma empresarial. Tenemos un sector empresarial que prefiere ubicarse en los nichos de retorno más rápidos y prefiera asumir menos riesgos, tiene que ser el Estado el que movilice las inversiones y ayude a estimular a sectores estratégicos".
Su conclusión: "El tiempo va a dejar de ser un lujo de unos pocos para convertirse en un derecho de todas y todos",
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.