La decisión de la dirección nacional del PP de cerrar el expediente contra Isabel Díaz Ayuso parece que no ha logrado apagar el incendio. Es lógico por la magnitud del choque entre Pablo Casado y la presidente de Madrid, que este domingo recibió el respaldo de más de 3 mil manifestantes en la sede del PP de la calle Génova. La concentración fue mucho mayor que la del jueves por la noche. Por lo pronto, el presidente del PP acaba de convocar al Comité de Dirección del partido para este lunes a las 11 de la mañana.
Casado cierra el expediente contra Ayuso para salvar su propio liderazgo
Según la Delegación del Gobierno de Madrid fueron entre 3500 y 4000 personas las que llegaron hasta Génova. "Ayuso Presidenta" y "Casado dimisión" fueron los cánticos, escenificando el clima de fractura en el partido y el favor popular de la dirigente madrileña. Esta escena alarmó a la cúpula popular y en especial a Casado, que confiaba en rebajar las tensiones con el cierre del expediente informativo. Ahora el líder del PP intenta contener las voces que exigen su renuncia.
En la dirección nacional hacen sus cálculos. Para convocar un congreso extraordinario, se precisa una mayoría de dos tercios de la Junta Directiva Nacional, algo que hoy parece difícil de alcanzar, pero que con el correr de los días podría ser una realidad. Lejos de Génova, un cúmulo de presidentes regionales, militantes y cuadros intermedios están empujando a la cúpula a una consulta que produzca un giro en la conducción.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, vocero de facto de los barones territoriales, sugirió que un congreso extraordinario es una alternativa al enfrentamiento dentro del PP. La exportavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, hizo este domingo "un llamamiento a los miembros de la Junta Directiva Nacional del PP para que, en un acto de responsabilidad en defensa de nuestro partido y de España, convoquemos un Congreso extraordinario ya".
Es que el sentimiento generalizado dentro del PP es el desconcierto ante el mal manejo de esta crisis, desde la sospecha de la dirección nacional sobre la adjudicación que benefició a Tomás Díaz Ayuso hasta la presunta operación de espionaje, pasando por los impedimentos impuestos a la presidenta ante su pedido de adelantar el congreso regional del PP. Teodoro García Egea es señalado como uno de los responsables principales. Pero Casado no está dispuesto a entregar a quien se ha convertido en su mano derecha.
La Junta Directiva tiene 300 miembros y Casado y García Egea temen que los ayusistas y neutrales puedan forzar a Casado a convocar a un congreso extraordinario. Si Casado impide esta vía, el Comité Ejecutivo Nacional podría hacerlo. Si esto prospera y se cumplen los plazos, el cónclave no tendrá lugar hasta finales de marzo. Es decir, en el peor de los casos, Casado tendría apenas un mes para convencer a sus partidarios de conservar las riendas del PP.
En la Junta Directiva se encuentran los diputados, senadores, europarlamentarios, presidentes regionales, provinciales e insulares del partido, los presidentes de las comunidades autonómicas, entre otros cargos. Si Casado no ofrece un gesto, como exigirle la dimisión a García Egea, es probable que en estos días se activen los mecanismos para celebrar un congreso extraordinario que resuelva la crisis partidaria. Esperan que el líder nacional mueva otra ficha que justifique su permanencia en el cargo.
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