Ambos necesitaban el anuncio para sumar una medalla en medio de las tensiones europeas. Los dos pusieron el cuerpo para las negociaciones y orientaron la agenda de Bruselas hacia la relación estratégica con América Latina. 

Por eso, Úrsula Von der Leyen y Pedro Sánchez aparecen como grandes derrotados (junto con el brasileño Lula Da Silva) del fracaso absoluto de un acuerdo que se iba a anunciar esta semana en Río de Janeiro. 

Alberto no firmará el acuerdo y los funcionarios de la UE se bajaron de la cumbre del Mercosur

La alemana ante la posibilidad de una mayoría radical que la saque de la presidencia de la Comisión Europea y agudiza el caos político europeo que amenaza con hacer crecer el bloque euroescéptico, venía apurando la firma del acuerdo y ha cedido a los reclamos de Brasil para que suavizar las restricciones ambientales presentes en el proyecto de 2019 y en la ley contra la deforestación aprobada por el Parlamento Europeo, como ha adelantado LPO. 

En el mismo sentido, Pedro Sánchez y Josep Borrell hablaron con el argentino Alberto Fernández para convencer al argentino de poner la firma y avanzar, pero nada de eso ocurrió. El presidente de Argentina se bajó y eso fue aprovechado por Emanuel Macron para recuperar su narrativa anti-acuerdo. 

Aquí se juega también el liderazgo europeo, una mesa en la que Sánchez siempre quiso estar sentado y que la presidencia pro-tempore le dio la centralidad política que siempre esperó. Con Olaf Scholz desdibujado y la derechista Giorgia Meloni abocada a temas internos, el español asumió la conducción relegando a Macron. 

Solo faltó el titubeo de Fernandez para que el francés le diera el tiro de gracia para posicionarse nuevamente en el centro de la escena. La fractura es clara, el peor escenario para encarar las elecciones europeas del año que viene.