Para descarbonizar las economÃas y que las sociedades desarrolladas puedan mantener su actual nivel de vida, el mundo debe en un lapso de diecisiete años -para 2040- construir 80 millones de kilómetros de redes eléctricas, una cantidad equivalente a toda la red global existente.
Caso contrario, advierte la Agencia Internacional de la EnergÃa (AIE), será imposible conectar a la red todos los proyectos renovables que se necesitan para cumplir los objetivos climáticos y, al mismo tiempo, respaldar la seguridad energética.
En este escenario, el planeta no podrÃa evitar un aumento del calentamiento global de 2ºC respecto a la era preindustrial. La alerta llega tras conocerse los resultados del primer inventario de redes eléctricas del mundo, publicado este martes por la agencia que preside Fatih Birol.
La agencia admite que las redes eléctricas asoman hoy cono el "eslabón débil" de las transiciones a energÃas limpias, una amenaza de la que los responsables polÃticos y las empresas no están tomando nota.
El informe explica que "las redes han formado la columna vertebral de los sistemas eléctricos durante más de un siglo, suministrando energÃa a hogares, fábricas, oficinas y hospitales, y su importancia aumentará a medida que aumente el papel de la electricidad en los sistemas energéticos".
La electricidad va a sustituir una parte importante de los combustibles lÃquidos o gaseosos (los de origen fósil), según todas las proyecciones de descarbonización.
Sin embargo, el relevamiento observa "signos de que las redes no están siguiendo el ritmo del rápido crecimiento de tecnologÃas clave de energÃa limpia".
"Las deficiencias en el alcance y la calidad de la infraestructura de la red podrÃan dejar fuera de alcance el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C y socavar la seguridad energética", advierte el documento.
No sólo hay que construir redes a contrarreloj, también se necesitan "cambios importantes en la forma en que operan y se regulan". Para agregar y modernizar las redes, la inversión mientras, "prácticamente estancada", debe duplicarse a más de 600 mil millones de dólares al año para 2030.
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"Ya están surgiendo problemas", admite el informe. En la actualidad, hay "una cola grande y creciente de proyectos de energÃas renovables que esperan luz verde para conectarse a la red".
"Este informe muestra lo que está en juego y lo que es necesario hacer. Debemos invertir en redes hoy o enfrentarnos a un estancamiento mañana", explica Birol sobre la importancia de poner el foco en este invisibilizado problema.
En caso de perpetuarse este retraso de la red, el estudio concluye que "las emisiones acumuladas de dióxido de carbono (CO2) entre 2030 y 2050 serÃan casi 60 mil millones de toneladas más altas debido a un despliegue más lento de las energÃas renovables que resulta en un mayor consumo de combustibles fósiles".
En otras palabras, esta atasco de renovables llevarÃa al mundo al caos climático. "ColocarÃa al aumento de la temperatura global muy por encima del objetivo del Acuerdo de ParÃs de 1,5 °C, con un 40% de posibilidades de superar los 2 °C", señala el informe.
El tiempo es un factor que juega en contra, reconocen los expertos: "La necesidad de una acción decisiva es urgente debido a los largos plazos para modernizar y ampliar las redes".
"Planificar, autorizar y completar una nueva infraestructura de red suele tardar entre 5 y 15 años, en comparación con 1 a 5 años para los nuevos proyectos de energÃas renovables y menos de 2 años para una nueva infraestructura de carga para vehÃculos eléctricos", se pone como ejemplo.
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Otro escollo es la cooperación internacional, más en un orden proteccionista y bélico. La AIE aclara que "mejorar y ampliar la infraestructura de la red en paÃses de todo el mundo requerirá una colaboración internacional más sólida".
"El reciente progreso en materia de energÃa limpia que hemos visto en muchos paÃses no tiene precedentes y es motivo de optimismo, pero podrÃa correr peligro si los gobiernos y las empresas no se unen para garantizar que las redes eléctricas del mundo estén preparadas para la nueva economÃa energética global que está surgiendo", resume Birol sobre el "enorme" desafÃo en puerta.
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