Se sabe que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, es el barón díscolo que tiene el PSOE, el único dirigente con poder que no esconde el malestar que comparten muchos caciques socialistas por "la deriva del sanchismo".

Tras la debacle electoral en Galicia -el PSOE obtuvo el apoyo más bajo de su historia-, Page le reclamó al presidente de Gobierno "una reflexión profunda" para "evitar un ciclón que arrase" con el partido. Y lanzó una frase que hirió a muchos en Moncloa: "Me alegro de que no haya ganado Puigdemont".

Este martes, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, decidió responderle, algo que por lo general el Ejecutivo no hace porque además es  una buena amiga del disidente del PSOE.

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 "Me resulta incomprensible que el señor Page diga esto, porque uno siempre tiene que saber cuando su equipo juega cuál es la camiseta que uno lleva. Y uno se alegra de que su marca, su equipo, coseche buenos resultados", reprochó en una entrevista con Cadena Ser.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. 

Europa Press

 "Uno se alegra de que su marca, su equipo, coseche buenos resultados en los territorios y, por tanto, yo creo que todos los socialistas nos alegramos cuando hay un presidente autonómico que gana las elecciones con las siglas del PSOE y todos nos disgustamos cuando no es esa la realidad", se explayó en la crítica. 

Uno siempre tiene que saber cuándo su equipo juega y cuál es la camiseta que uno lleva

Sobre los motivos del revés electoral, Montero admitió que el "gran problema" del PSOE es que no moviliza en comicios autonómicos al electorado que les vota en generales,

A su juicio, los socialistas tienen que hacer un "llamamiento" para que sus votantes comprendan que no da igual quién esté al frente de los gobiernos autonómicos.

Sigue la ofensiva sanchista contra Page, que afirma que "están a punto de extraditarme"

"El gran problema que tenemos en elecciones autonómicas es que hay una parte de nuestro voto que no acude a las urnas, bien porque entienda que no hay grandes posibilidades de cambio o bien porque no tenga la conciencia de que esas elecciones son tan importantes como unas elecciones generales", reflexionó. Y agregó: "Es el gran reto que tenemos en elecciones autonómicos, porque en Galicia los ciudadanos percibieron que el BNG era la mejor posibilidad de lograr un cambio".