Alberto Núñez Feijóo se ha trasladado este miércoles a Murcia para apuntalar su candidatura y la investidura de Fernando López Miras, el presidente en funciones que se niega a incorporar a Vox al Ejecutivo regional. Lo hizo acompañado además por el exjefe del Gobierno de España, José María Aznar, quien, tal como adelantó este medio, se involucrará en cuestiones puntuales de la campaña.

Los tres dirigentes populares encabezaron un mitin cargado de reproches a Pedro Sánchez y, sobre todo, al líder del partido con el que gobiernan comunidades y municipios a lo largo del país, al que han equiparado con el jefe de los socialistas. "Dejen los palos en casa, vengan a la mayoría sólida, fuerte. Los que ponen palos se van a equivocar y los que se han equivocado de políticas se van a marchar", dijo Aznar en alusión a Santiago Abascal.

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, este miércoles en el Auditorio Víctor Villegas, en Murcia. 

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Se refería los palos en la rueda de Murcia y de la Moncloa, aunque en realidad se dirigía al electorado conservador y el voto útil con el que el PP se esperanza en conseguir un gobierno en solitario. No es que a Aznar le cueste defender buena parte del ideario de Vox, solo que ha dejado los cuestionamientos más duros a Feijóo y López Miras. "Si el sanchismo y Vox quieren seguir de aliados, que lo sean", comenzó el candidato a la Presidencia.

Dejen los palos en casa, vengan a la mayoría sólida, fuerte

"Si el sanchismo y Vox quieren seguir demostrando que teníamos razón y que tiene los mismos intereses, que lo hagan. Si el sanchismo y Vox prefieren que siga el gobierno sanchista, que lo digan. Y si el sanchismo y Vox quieren seguir bloqueando la Región de Murcia lo pagarán en las urnas", continuó el extitular de la Xunta. A Feijóo le rinde el discurso encendido del debate, que ahora dirige hacia Vox.

Abascal teme ahora que Feijóo se coma a Vox para rebajarle en caso de llegar a Moncloa

LPO anticipó que la calle Bambú de Madrid se habían encendido las alarmas tras el primer y único cara a cara entre Sánchez y Feijóo. El presidente del Gobierno salió debilitado y con la estrategia de remontada en proceso de agotamiento, mientras que el líder del PP recobró la fuerza de la primera semana de precampaña. Abascal teme estar perdiendo estelaridad y capacidad para atraer a votantes menos radicalizados, una misión cada vez más difícil, de acuerdo a los datos de transferencia de votos.

Santiago Abascal, líder de Vox. 

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 No es casual el escenario elegido para fustigar a Vox. López Miras no ha querido cerrar un acuerdo con los de Abascal y se acerca a una repetición electoral si no cede en cargos y lineamientos programáticos. Claro que esa resistencia obedece al beneplácito de Génova, que busca mantener un territorio a modo de escaparate para las dos semanas de campaña. Los tres han entendido de qué iba durante el acto.

El mandatario murciano aseguró que "Murcia no es un laboratorio, pero sí es un espejo de lo que puede pasar en España si Vox es capaz de bloquear a un Gobierno mayoritario y sin alternativa en Murcia, votando con la izquierda". "Puede hacerlo también en España", indicó. Abascal ha pasado de socio predilecto a una potencial amenaza para la gobernabilidad. El jefe de Vox no está contento con el rol al que le limita el PP.

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Abascal envió a Iván Espinosa de los Monteros, más diplomático y flemático, a salirle al cruce a los populares. "Los que repiten que van a conformar la alternativa ya han demostrado que son incapaces de hacerlo porque no saben lo que quieren hacer con España. Un día dicen una cosa y al otro lo contrario. Un día dicen que quieren sacar a Sánchez de la Moncloa y al siguiente le ofrecen firmar un papel para que pueda quedarse", dijo el portavoz de Vox en el Congreso. 

Iván Espinosa de los Monteros, portavoz parlamentario de Vox. 

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"Imagínate en privado", bromea un dirigente del partido que conoce a Abascal. Cuando el líder de Vox quiere mostrarse como el hombre que ha domado las políticas "identitarias" en los territorios, Feijóo sale a bajarle el precio en público y desligarse del destino de sus barones en las comunidades autónomas. A la ultraderecha le quedan días de campaña en los que no podrán tensar la cuerda de más. Seguirle al PP es la opción más tentadora a la que pueden aspirar.