
Las diferencias entre la dirección nacional de un partido y la realidad en los territorios no son nuevas. Los presidentes autonómicos Emiliano GarcÃa-Page y Javier Lambán han sido abiertamente crÃticos con algunas decisiones de Moncloa, pero las elecciones se acercan y el nerviosismo aumenta en las comunidades. Además, las últimas reformas de Pedro Sánchez representan un parteaguas para los socialistas.
"En el PSOE puede haber disconformidad, pero hay disciplina", explica un dirigente de varias décadas en el partido. Sin embargo, las negociaciones entre Sánchez y ERC en el Congreso han disparado la tensión entre los lÃderes socialistas. Salvador Illa le pidió al mandatario de Castilla-La Mancha "tener altura de miras y mirar por el reencuentro" en Cataluña.
GarcÃa-Page no se quedó atrás y le respondió que "no que no hay que perder nunca son los pies en el suelo". "La altura que quiero tener es la que me presta mi gente, salir a la calle y mirar a la altura de los ojos a la gente, esa es la altura que se necesita para estar en el mundo de la polÃtica" dijo en un tiro por elevación a Sánchez. No es exagerado el temor en las plazas más conservadoras donde gobierna el PSOE.
Ni GarcÃa-Page ni Lambán -tampoco Ximo Puig o Guillermo Fernández Vara- quieren pagar en las urnas el coste de las maniobras de Sánchez para garantizar la continuidad de la legislatura. Aunque el PP acuse a los barones socialistas más crÃticos de impostar un rechazo a la reforma de los delitos de sedición y malversación (Isabel DÃaz Ayuso calificó lo de Page de "maniobra pactada con Sánchez"), es un problema para Ferraz.
A la dirección del partido no gustó para nada la posición de GarcÃa-Page y busca dejarle solo entre los presidentes autonómicos: la postura del castellano-manchego es a tÃtulo personal. MarÃa Jesús Montero habló de "sentido de la lealtad y del respeto", una declaración baste dura. La vicesecretaria general del PSOE busca que el orden predomine. En cambio, Félix Bolaños se muestra más conciliador para preservar la armonÃa.
"España no se va a romper por la reforma de Sánchez al Código Penal"
En Moncloa están seguros de que su polÃtica hacia Cataluña debilitará al independentismo y dará al PSC la posibilidad de ser el primer partido allÃ. Es una plaza clave para hacer la diferencia en las generales de 2023. Se debe a esta confianza que Ferraz descarte cualquier golpe al partido en los territorios, pese a las advertencias y los cuestionamientos de referentes como GarcÃa-Page. Las demandas de ERC y la necesidad de tenerlos como aliados terminarán dándole la razón a una de las dos partes en las que está virtualmente dividido el PSOE. Sánchez espera que quien esté en lo cierto sea él.
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