Apelando al voto emotivo, Sergio Massa copó la agenda de Juan Schiaretti en un intento por llevar para su caudal los 665.700 votos que el peronismo cordobés cosechó en octubre; única posibilidad matemática de achicar la diferencia con Javier Milei y acercarse a los 40 puntos.

Massa se paró en el centro de la agenda de reclamos con los que Schiaretti hizo bandera durante la campaña: la redistribución de los subsidios al transporte, el aumento del corte para biocombustibles y una rediscusión del mecanismo de financiamiento nacional del déficit de la Caja, tensión constante que enfrentó en la Corte Suprema de Justicia a Córdoba con el Gobierno nacional en reiteradas oportunidades.

Además, recordó el "sueño de un gobierno de unidad" que tenía José Manel de la Sota cuando lanzó "puentes", aquel programa cuyo primer capítulo se estrenó postmorten y que tenía como misión cimentar su carrera presidencial; y avisó que Juan Manuel Urtubey, aliado de Schiaretti hasta que el cordobés comenzó a coquetear con Horacio Rodríguez Larreta, se sumó a la campaña para pescar los votos del centro y "construir un tiempo nuevo".

Sin querer, el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, le regaló a Massa una silbatina para Schiaretti. En su afán por explicar que su presencia en el acto donde se anunciaba la Sube para siete ciudades cordobesas se daba en el marco del "trabajo mancomunado de articular políticas públicas, Llamosas recordó que De la Sota creó el boleto educativo gratuito y que èste "fue mantenido por el gobernador Schiaretti". La mención desató la silbatina.

Massa movió la cabeza reprobando el sonoro reproche al mandatario cordobés, una forma de desmarcarse de la siempre tensa relación entre Nación y Córdoba, pero también una manera de pararse por encima de la "cuestión personal" que mantiene al gobernador en una neutralidad con guiños a Milei-Macri.

Urtubey se suma a la campaña de Massa en Córdoba y aísla a Schiaretti

Lejos del discurso acuñado por el kirchnerismo, Massa dijo que fue De la Sota quien le "enseñó a amar a Córdoba". "Desde el cielo, debe estar soñando que el 10 de diciembre empecemos a construir esa Argentina de unión nacional por la que tanto luchó", dijo Massa.

Massa parecía el más schiarettista de Rio Cuarto: dijo que la Sube para las principales ciudades de Córdoba era "un acto de justicia por el esfuerzo que hace Córdoba con el pago de impuestos al Estado nacional".

La otra medida simbólica fue anunciar en esa ciudad, uno de los polos del biocombustible cordobés, que el corte subirá del 12 por ciento al 16,8. "Se trata de un incremento del 40 por ciento", dijo Massa.

"Si pudimos aumentar 40% para el año que viene la oferta de bioetanol, por qué no podemos ponernos como objetivo aumentar 40% el cupo para el año que viene como una forma de aumentar la participación en el mercado, como primer escalón a recorrer para unificar con Brasil", dijo el ministro y candidato, y prometió "reglas claras a la hora de definir un modelo de negocios", tal como reclama el círculo rojo.

En el punto que dio origen al "cordobesismo" creado por De la Sota en los duros años de enfrentamiento con Cristina, el déficit de la Caja de Jubilaciones, Massa ensayó respecto de Córdoba: "Muchas veces sintiéndose sola, sintiendo que se le dio la espalda desde el Gobierno central. Por la parte que me corresponde, desde el 10 de diciembre mi compromiso es, por la memoria de José Manuel, que Córdoba sea el corazón del país y que nunca más tenga que hacer un juicio por lo que le corresponde".

No es sólo un mensaje emotivo; también es una directa al gobernador que viene, su amigo Martín Llaryora.