La gira de Patricia Bullrich este fin de semana por Córdoba dejó las aguas divididas dentro de la filial cordobesa de Juntos por el Cambio y reactivó la grieta amarilla del año pasado. Porque, así como hay voces que destacan el tour de la presidenta del partido a nivel nacional, tal es el caso de la diputada nacional, Laura Rodríguez Machado; también hay detractores de lo que fue el paso de la exministra que incluyó, además de una agenda de reuniones, una escala en el convocante Cosquín Rock.

Y las tensiones vinieron precisamente por el orden de prioridades que Bullrich le terminó dando a su GPS de reuniones con dirigentes; con un arranque que incluyó, como primer café a Luis Juez y Rodrigo de Loredo; en una segunda instancia a Mario Negri; y por último a las autoridades y dirigentes de su propio partido.

"Nos vio antes de subirse al avión y es por eso que no se lleva la foto de unidad que logró hace dos semanas Horacio (Rodríguez Larreta)", se quejó ante LPO un integrante del espacio amarillo.

Con una escena más propia del clima de interna que se produjo el 2021 en las Paso, y con el ala macrista del PRO observando "un trato especial" a Juez y al radicalismo. "Quedó demostrado que tiene un pacto con Luis, que hay un acuerdo y que si no lo acompaña como lo hizo el año pasado acá en Córdoba para que sea candidato, lo va a querer recorriendo con ella La Matanza el 2023 como su compañero de fórmula nacional", agregó un conocedor del minuto a minuto en la relación de los socios cordobeses de la coalición.

Por su parte, aquellos que estuvieron los dos días con Bullrich, como es el caso de Rodríguez Machado o el vicepresidente del partido en Córdoba, Oscar Agost Carreño, descartaron este tipo de roces. Resaltaron la presencia en el festival de rock y anticiparon un próximo arribo en marzo.

El macrismo cordobés quiere acordar con Schiaretti y poner al vice de Llaryora en el 2023

"En el Cosquín Rock nos fue muy bien, mucha selfie y hasta algunos insultos los revirtió con unas chicas a las que se acercó para tomarse una foto", dijo un amarillo de WhatsApp frecuente con la presidenta del partido a nivel nacional.

Además, el fin de semana de gira de una Bullrich en modo rock star dejó una frase directa al corazón de la mesa chica del gobernador Juan Schiaretti y sirvió para tranquilizar los ánimos de los cordobeses de Juntos: "el objetivo del año que viene es ganarle a Schiaretti", sentenció en sendas entrevistas a los dos diarios más importantes en sus tapas de domingo.

Frase que también dividió aguas hacia adentro de la coalición porque, así como están aquellos con ambiciones directas de discutir poder real con el schiarettismo, también existe un ala del PRO que destaca al gobernador cordobés. "No es (Gildo) Insfrán; es Schiaretti. Un tipo que tiene 70% de imagen positiva. Venir y tirar eso es no entender qué pasa en Córdoba".

En cambio, el sector del PRO cordobés que no ve con malos ojos encolumnarse detrás de las figuras como Juez o De Loredo, reivindicó lo dicho por Bullrich. "A nivel nacional, los candidatos taquilleros son PRO, pero en Córdoba es al revés: los que cortan tickets no son los nuestros. Entonces tenemos que definir si queremos discutir poder real o quedarnos en la ‘chiquita'", sintetizó una persona que acompañó en toda la gira a Pato.

Sin embargo, sobre el final de la gira hubo más tensión. En la reunión con los propios en un hotel cercano al Aeropuerto, el expresidente del partido y legislador provincial, Darío Capitani, la cruzó: "¿vino como candidata o como presidenta del partido? Porque si es como lo segundo, las reuniones deberían haber arrancado por los dirigentes de su propio espacio", le dijo el dirigente que amenazó con denunciar penalmente a Juez el año pasado después de los dardos por apuestas on line.

"No fue una reunión cómoda para Bullrich. Varios le facturaron que no respaldó a los legisladores que en diciembre aprobaron las apuestas on line y hubo un faltazo clave: no estuvo Santos", razonó un dirigente.

Este último dato no es menor. El faltazo de Santos es la ausencia de Macri en la reunión. Si bien desde el entorno del diputado reconocieron a este medio que estaba en Buenos Aires, hay otras voces en el PRO que coinciden que tampoco hubo muchas intenciones de empujar un encuentro en modo presencial.