"Nadie te lo va a decir así, pero esto es una fiesta del macrismo", comentaba un halcón del PRO sin ocultar su sonrisa. En la jura de nuevo gabinete de Jorge Macri estuvieron los principales dirigentes del partido y quedó claro que la última campaña dejó vencedores y vencidos.

La Usina del Arte se convirtió en el festejo que no tuvo Jorge tras imponerse en las elecciones porteñas. "Como no hubo balotaje, nos quedamos sin búnker", explicó Jorge que subió al escenario con "Ciudad mágica", de Tan Biónica, el grupo emblema del macrismo, sonando a todo volumen.

Segundas y terceras líneas repasaban los nuevos organigramas porteños mientras los históricos del PRO se abrazaban después de un largo tiempo sin verse. Algunos se evitaron, como Patricia Bullrich y Mauricio Macri.

Patricia Bullrich y Eduardo Macciavelli.

LPO/ Juan Carlos Casas

Cuando la futura ministra de Seguridad llegó a al lugar, uno de sus acompañantes preguntó en dónde estaba la prensa. "¿Querés hacer medios?", le preguntaron desde la organización. "No, para evitarlos", respondió el histórico asistente de Bullrich. Patricia saludó a Hernán Lombardi y a Carlos Melconián y se metió rápido en el auditorio.

Daniel Chaín, Laura Alonso, Francisco Quintana, Carolina Stanley, Pablo Clusellas y Hernán Iglesias Illa fueron algunos de los que se dieron cita en la asunción, al igual que Diego Santilli, quien llegó junto a Fernando De Andreis, uno de los armadores de Jorge que renunció a integrar el gabinete porteño. 

Felipe Miguel, Eduardo Macchiavelli, Augusto Rodríguez Larreta y Enrique Avogadro dieron el presente por el lado del larrerismo. Martín Lousteau también estuvo, pero se retiró para llegar a la sesión del Senado.

Horacio Rodríguez Larreta junto a su pareja Milagros Maylin.

LPO/ Juan Carlos Casas

Eduardo Elsztain, el empresario que tiene intereses varios en el distrito, también repartió abrazos, al igual que el vice de River, Matías Patanián y Martín Redrado.

Un histórico del PRO marcó diferencias con otras asunciones. "Acá no hay continuidad, solo quedan dos ministros del gabinete saliente y es por terminales propias con Jorge, no por un acuerdo", explicó en referencia a la vicejefa Clara Muzzio y al ministro de Salud, Fernán Quirós, que conoce al jefe de Gobierno del Hospital Italiano.

El auditorio de la Usina del Arte no tenía lugares suficientes para todos los invitados, sobre todo para aquellos que llegaron más tarde. "Hay que subir al segundo", le comentaba un joven a otro con decepción por tener que pasar al "gallinero".

Jorge Macri saluda a su primo Mauricio desde arriba del escenario.

LPO/ Juan Carlos Casas

Algunos de los ministros salientes, al igual que Clusellas y el ex legislador Sergio Abrevaya permanecieron de pie a pesar de los insistentes pedidos de los acomodadores para despejar las escaleras. El titular del GEN ganó espacio en la prensa por ser familiar de la jueza que suspendió las elecciones de Boca a pedido de la lista de Mauricio Macri.

La ceremonia de jura fue menos formal de lo habitual. El jefe de Gabinete, Néstor Grindetti, juró y antes de que bajara del escenario Jorge le aclaró que tenía que firmar. Gabriel Sánchez Zinny, el vice, casi se baja sin la foto con Clara Muzzio y el jefe de Gobierno.

"Qué raro un abogado tan aplaudido", bromeó Jorge cuando llegó el turno de Gabino Tapia, otro de los surgidos del semillero de Vicente López. "Vino con hinchada", aclaró Muzzio. César Torres, Secretario de Gobierno y Vinculación Ciudadana, fue otro de los vitoreados del mediodía.

"Una secretaría para la Iglesia Católica y un ministerio para la Iglesia Evangélica", ironizó uno de los asistentes tras las juras de Gabriel Mraida como ministro de Desarrollo Humano y de Victoria Morales Gorleri como Secretaria de Bienestar Integral.

Pablo Bereciartúa, futuro jefe de la flamante cartera de Infraestructura, Gustavo Arengo en Hacienda, Fulvio Pompeo en Relaciones internacionales, Ignacio Baistrocchi en Espacio Público, Gabriela Ricardes en Cultura, Leticia Montiel en Legal y Técnica y Gustavo Gago en Comunicación también subieron al escenario y firmaron el libro de actas del gobierno porteño.

Bullrich fue de las primeras en retirarse. Fue una de las primeras aliadas de Jorge, pero tras negociar por su cuenta el desembarco en el gobierno de Milei, un aire de frialdad rodeó su presencia en La Boca.