Papelón de Capitanich: Le respondió a Télam y huyó de la conferencia

Al jefe de Gabinete se lo vio muy incómodo. Mezcló la muerte de jóvenes en Villa Gesell con el boom turismo y después se fue.

Jorge Capitanich asumió como jefe de Gabinete tratando de imponer una imagen totalmente diferente a la de su antecesor, Juan Manuel Abal Medina. Su primera decisión fue hacer conferencias de prensa diarias, lo que desconcertó incluso a los periodistas. Pero con el correr de los días e inmerso en una feroz interna de Gabinete, el ex gobernador chaqueño comenzó a sufrir cada vez más el contacto diario con los cronistas.

Esta mañana y después de una semana de idas y vueltas insólitas en las decisiones gubernamentales, Capitanich hizo un verdadero papelón en su conferencia en Casa de Gobierno, donde sólo aceptó responderle a la agencia oficial Télam y huyó de la conferencia.

Más incómodo de lo habitual, el jefe de Gabinete comenzó su alocución expresando sus condolencias por las muertes de dos periodistas que cubrían el rally Dakar y de los tres jóvenes en Villa Gesell, víctimas de la caída de un rayo.

Pero no tuvo mejor idea que enlazar el trágico episodio ocurrido ayer en la Costa Atlántica con el boom de turismo veraniego en el país, lo que de por sí sorprendió a los periodistas que lo escuchaban.

Después de eso, Capitanich volvió a negar que existan "contradicciones en la política oficial" sobre el nuevo acuerdo de precios, lo que quedó a la vista de todos con la marcha atrás en la importación de tomate, algo que el propio jefe de gabinete anunció el pasado miércoles y fue descartado 24 horas después.

Luego, y siempre sin darle la palabra a los periodistas, el chaqueño resumió brevemente la reunión que tuvo ayer con el presidente de YPF, Miguel Galuccio; el senador neuquino Guillermo Pereyra; Axel Kicillof y Carlos Zannini.

En ese momento, sorprendió a todos. "¿Muchísimas gracias, no se si hay alguna pregunta más?", indicó mientras amagaba con irse, sin haber respondido ninguna consulta. Entonces, tuvo la palabra la periodista de la agencia Télam, que le pidió opinión sobre el pedido de Oscar Parrilli para que se investigue la "ética periodística" de Clarín y La Nación.

Pero Capitanich le respondió con una evasiva, afirmando que el secretario de la Presidencia había sido suficientemente claro. Fue ahí cuando el jefe de Gabinete saludó y se fue, ante el grito del resto de los periodistas, que se habían anotado en una lista para preguntar.

La insólita fuga del jefe de Gabinete despertó d einmediato reclamos airados y burlas en Twitter. 

Dentro de poco Capitanich va hacer como los hnos Marx Hola-Adiós y termino la conferencia!!! jajajajajaja

— Gato Budista (@GatoBudista) enero 10, 2014

Capitanich había hecho algo similar ayer, cuando aceptó muchas menos preguntas de lo habitual y se fue raudamente, argumentando que tenía una reunión. Lo cierto es que las conferencias del funcionario son cada vez más escuetas (ayer fueron 11 minutos y hoy 6), ya que en algún momento llegaron a durar más de 40 minutos.

Esta semana fue la peor del jefe de Gabinete en sus menos de dos meses de gestión. No sólo la polémica por los tomates lo afectó. La dura desmentida que le hizo Kicillof por los cambios en el impuesto a los Bienes Personales lo dejó en un segundo plano muy incómodo. El ministro de Economía no sólo tuvo la palabra final, sino que dijo hablar en nombre de la Presidenta, algo que en teoría le corresponde al jefe de ministros.

Como reveló LPO, Capitanich recibió en estos días una noticia que lo disgustó: dos importantes consultoras le entregaron informes que muestran que su imagen negativa subió un 30% y ya asciende hasta el 70%. Incluso, el dato lo llevó a plantearse la posibilidad de dejar su cargo.

El mes pasado, el jefe de Gabinete ya había tenido un episodio que dejó en evidencia las dificultades que le genera el contacto diario con la prensa. Ante una simple pregunta de un periodista de TN, Capitanich perdió el control y lo atacó con cuestiones relacionadas a la Ley de Medios

En ese momento, este medio adelantó que "Coqui" ya medía los beneficios de su conferencia de prensa diaria. "Su problema es que quiso ser Corach, pero se olvidó que el ex ministro de Menem hablaba todas las mañanas desde su casa y apurado, y no se las hacía tan fácil a todos abriéndole el micrófono", explicó un experto en comunicación.

Los feriados y asuetos por Navidad y Año Nuevo le dieron un respiro a Capitanich, pero esta semana volvió a trastabillar.