Alberto desautorizó a los halcones: "No tiene sentido que sigamos marcando diferencias"

Como anticipó LPO, el presidente resiste las presiones para romper con el kirchnerismo duro e hizo un fuerte llamado a trabajar por la unidad.

Alberto Fernández confirmó que no tiene planes de romper con el kirchnerismo duro, como anticipó LPO. El día después de que el Senado aprobara el acuerdo con el FMI sin los votos de los cercanos a Cristina Kirchner, el presidente salió a calmar la interna y pidió trabajar por la unidad.

"Hay un tiempo que debemos inaugurar, el tiempo de trabajar unidos y juntos", afirmó Alberto desde Tucumán, donde compartió un acto con Juan Manzur, Sergio Massa y Osvaldo Jaldo.

"Ya tuvimos demasiados años para distanciarnos, pelearnos y marcar diferencias. Hay cuestiones donde no tiene sentido que sigamos marcando esas diferencias. El problema ciudadano tiene otra magnitud y nos está reclamando ese ceder", agregó el presidente en un mensaje directo a la interna del Frente de Todos.

De esa forma Alberto rechazó de manera contundente las presiones de los "halcones" del albertismo, que le reclaman de manera persistente que rompa con Cristina y Máximo Kirchner y eche a todos los funcionarios camporistas del gobierno.

Alberto rechaza la presión de los halcones y no quiere romper con Cristina y Máximo

Los halcones albertistas confiaban en que el presidente estaba esperando que el acuerdo pase por el Senado para comenzar la embestida contra el kirchnerismo, pero la primera señal de Alberto estuvo bien lejos de eso y por ahora nadie cree que apueste a una ruptura.

Como reveló este medio, el presidente sabe que no tiene futuro político sin el kirchnerismo. En el gobierno manejan encuestas que muestran que no tiene ninguna chance de retener la presidencia con un proyecto sin Cristina.

En el kirchnerismo las señales también van en ese sentido. Aunque las tensiones siguen, esta semana hubo reuniones donde se habría acordado no seguir tensando la cuerda y mantenerse dentro del gobierno. Incluso el paso al costado de Cristina en la sesión del jueves, fue interpretado como un gesto de distensión.

Es que en la previa del debate en el Senado, en el kirchnerismo había quienes vaticinaban una sesión incendiaria, pero lejos estuvo de eso. La sensación que quedó en el recinto es que hubo una orden de que fuera una jornada tranquilo. Además de correrse de la sesión, Cristina mandó otro mensaje al no hacer hablar a Oscar Parrilli y Anabel Fernández Sagasti, los más cercanos a ellos y los más duros contra el acuerdo.