Los anuncios del gobierno por los recortes en los subsidios a la energía por el momento no se han dispuesto formalmente. Por lo que los efectos que pueden llegar a tener sobre las tarifas continúa siendo una incógnita tanto para empresarios como para los consumidores.

Hasta ahora, lo que es seguro es que fueron recortados los beneficios a los sectores de mayores ingresos y grandes empresas. Con esta medida el oficialismo planea ahorrarse más de 4500 millones de pesos. Sin embargo el especialista en energía Alieto Guadagni explicó a LPO que se trata simplemente del 4 por ciento del total de subsidios.

Guadagni, ex secretario de economía y energía, criticó duramente el destino de estos fondos estatales “que pagamos todos”. “En todo el mundo los subsidios van para los sectores más pobres, que en Argentina es la tercera parte de la población”, señaló indignado. Y agregó que el consumo de energía de las familias implica sólo un tercio del total. El resto, dice, es utilizado por empresas industriales y comerciales.

“En Córdoba o Montevideo pagarías 4 veces más” explicó el economista, haciendo referencia a los desiguales precios presentes incluso dentro del país y sus diferencias con la de los países vecinos. Y es que en otras provincias al precio original se le agregan las “recargas” que realizan proveedores y distribuidores por el traslado.

“Hasta ahora sólo se ha hablado de los barrios de gente rica. No es el mismo impacto para las empresas. Hay que ver cómo siguen avanzando con los recortes “residenciales”, opina Guadagni con cautela. Pero desde ya se opone a que cualquier empresa, ya sea grande o pequeña, goce de estos beneficios.

“Estos ajustes deberían realizarse de manera gradual, venimos de diez años de distorsión” comentó el especialista. “El único que invierte en energía es el Estado, hay que buscar que las empresas también lo hagan” indicó, y puso una señal de alarma con el petróleo y el gas: “el país se ha comido la mitad de las reservas que tenía” concluyó.

El impacto del ajuste en las tarifas

Los cálculos realizados por especialistas indican que la quita en los subsidios repercutirían en unos 200 pesos extra por mes para las familias de consumo bajo, y cerca de 400 para las que consuman más. Desde las defensorías al consumidor explicaron que “no conviene hablar en porcentajes porque da una idea tergiversada, pueden ser 200 por ciento de aumento pero que en realidad implique pasar de 20 a 60 pesos bimensuales, lo cual en definitiva no es significativo”.

Pero hasta el momento lo único concreto que ha hecho el gobierno es suprimir subsidios en determinados barrios de la capital como Barrio Parque y Puerto Madero y a las empresas de ganancias multimillonarias. El siguiente paso fue un sistema de renuncia “voluntaria” vía web que dio pie a situaciones casi ridículas como el registro de personas reconocidas ya fallecidas, como fue en el caso de Néstor Kirchner o Alfredo Yabran.

Por otro lado, a partir de ahora los usuarios deberán indicar si quieren seguir gozando del subsidio o no. En caso de decidir mantenerlo, el gobierno controlará mediante la AFIP el nivel de ingresos de cada familia y dará la última palabra sobre si realmente el hogar necesita del beneficio o no.

Actualmente una familia tipo porteña consume hasta 700 kilowatts, que pueden extenderse con el uso de aire acondicionado a 1200. Al nivel de tarifa actual por esa cifra se pagan 50 pesos bimensuales, con un subsidio de 110 pesos. Es decir que si se elimina la compensación la tarifa llegaría a aproximadamente el triple, unos 160 pesos por el período de dos meses.

Sin embargo, el caso de la energía es más complicado de medir porque posee tarifas diferenciadas a partir del nivel de consumo. Por lo tanto quienes más consumen pagan un mayor precio por kilowatt. Este punto es profundamente sensible para los locales de pequeños negocios que consumen significativamente más que las familias pero no tienen la espalda de las grandes empresas como para resistir aumentos de un 200 o 300 por ciento.

Pero hasta ahora la falta de definiciones sobre el tema no ha alarmado a los pequeños y medianos empresarios. Por ejemplo desde la Cámara de la Mediana Empresa expresaron su apoyo a la medida y consideran que defiende los intereses de su sector, “que es el que crea más empleo y reinvierte en el país”.

El consumo de gas está en uno 300 metros cúbicos para una familia tipo y unos 1000 para una de consumo alto. En cada caso la reducción completa de los subsidios llevaría un aumento de 125 y 250 pesos respectivamente.

En el caso del agua, el consumo promedio está alrededor de los 25 pesos (100 para consumo medio alto), la factura llegaría a 105 pesos (210 para consumos mayores.