Editorial
El mapa bicontinental no es un mapa K
Por Juan Recce
La bicontinentalidad no puede ser un coto de caza de coyunturas oportunistas y preferencias ideológicas. Es un patrimonio histórico de los argentinos

No todo da lo mismo. No todo es coyuntura ni cabe en la misma bolsa. No debería confundirse las consideraciones sobre el interlocutor con el mensaje que porta. 

Hay cuestiones que no son de izquierda ni de derecha y que tienen que ver con el modo en que un país piensa su futuro, diseña su porvenir estratégico responsablemente y se ocupa de ampliar el margen de oportunidades para la prosperidad y el desarrollo humano de su sociedad. Allí también entra la geografía. Territorio y Población son dos de los elementos indiscutibles que conforman la esencia de la planificación responsable del estado.

La generación del 80 lo tenía perfectamente claro. Territorio y Población eran agendas impostergables del modelo de crecimiento de la Nación. La controvertida y aburridamente discutida Campaña del Desierto integró al espacio geográfico de los argentinos nada más y nada menos que la Patagonia. 

La promoción de la inmigración hizo lo suyo con el componente demográfico, “gobernar es poblar”. Así, tierra, población y factores productivos (“¡no sea salvaje, alambre!”) fueron en la segunda mitad del Siglo XIX el motor del Proyecto Sugestivo de Vida en Común.

Las fronteras fueron pronto una necesidad. Aunque siempre producto de una construcción, las fronterasdevinieron en un marco de realidad “objetiva”, en un factor de auto-identificación del Estado, de la cultura y del mercado, sobreviviendo autónomas, cualquiera fuera su contexto ideológico de funcionamientohistórico. 

Tan práctico es el asunto, que en medio del mayor apogeo del liberalismo argentino, fue el propio Roca, por entonces Ministro de Guerra y Marina del Presidente Nicolás Avellaneda, quien creó la Oficina TopográficaMilitar como respuesta a la necesidad de reconocimiento del territorio argentino por el avance de las fronteras. Dos décadas después, siendo el mismo Roca Presidente de la Nación, convirtió ese organismo en lo que luego fue el Instituto GeográficoMilitar (1901).

¿Qué contexto fue aquel? La Argentina consolidada en la Patagonia iniciaba su aventura Antártica. Eureka! La bicontinentalidad no es un invento contemporáneo.Sería un error pensarlo.La bicontinentalidad es un patrimonio estratégico de todos los argentinos y una política de estado iniciada por la Generación del Ochenta, continuada por el radicalismo, potenciada por el peronismo, sostenida por los golpes militares, y custodiada por la democracia durante los últimos treinta y tres años. Elkirchnerismo tiene el enorme mérito, junto con las fuerzas que acompañaron la sanción de la ley 26.651, de haber cristalizado en ese mapa su compromiso con esta política de Estado, no de haberla inventado.

Los debates de coyuntura política no deberían meter todos los temas en la misma bolsa y dicotimizarlos según el portador del mensaje.La Antártida Argentina no es ni de izquierda ni de derecha, ni peronista ni gorila, ni nacionalista ni liberal, es una agenda estratégica del Estado. Nos compete a todos, a todos los partidos políticos. Ningún argentino debería estar en condiciones de ocupar el sillón de Rivadavia sino comprende el valor estratégico de esta agenda de Estado.

La ocupación permanente de la Antártida Argentina se inició en 1904, tres años después de la creación del Instituto Geográfico Militar. Fue Julio Argentino Roca, durante el último año de susegunda presidencia quien inició la ocupación táctica de las cercanías de la península antártica. Desde entonces, y por los siguientes cuarenta años, fue la Argentina el único país del mundo con presencia permanente en la Antártida.

Atravesando múltiplesvicisitudes domésticas e internacionales (I y II Guerra Mundial, la Caída del Yrigoyen, el golpe del 1943, etc.), la agenda argentina de la bicontinentalidad no se movió ni un milímetro de las prioridades estratégicas del estado.

Sin lugar a dudas, la gran bisagra fue en 1946, cuando Perón volvió al “continente blanco”un tema de agenda pública, conceptualizando por primera vez la bicontinentalidad. Así y todo, fue recién en 1957 cuando “nacía tempranamente” la provincia más grande del país.

Fue el presidente de facto Pedro Aramburu quien integró en un único Territorio Nacional a Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. La retórica pregunta que llama a identificar la provincia más grande, no es nueva, no es zonza ni debiera tomarse como una simpática digresión de un funcionario de turno. Es una herencia histórica.

¿Qué es entonces el Mapa Bicontinental? Es la cristalización cartográfica de más de un siglo de vocación soberanasobre la Antártida y Atlántico Sur.

Para quienes ponen como punto de partida del debate a la “internacionalización de la Antártida” la historia comienza en 1959, y no en 1904, cincuenta y cinco años después de la primera e ininterrumpida presencia argentina en la Antártida.

La internacionalización de la Antártida es un hecho posterior, resultado de un balance de poder militar de la Guerra Fría. Nuestro país encontró en este acuerdo internacional la mejor forma de preservar sus intereses de largo plazo hasta un momento más oportuno. Argentina suscribe el tratado Antártico sin renunciar a sus pretensiones soberanas, al igual que no lo hicieron ni Chile ni el Reino Unido.

Desde entonces, la Argentina no ha cambiado su política exterior sobre la Antártida. El Mapa Bicontinental es la continuidad de esa política.

Tengamos presente que los estados no solo hacen actos jurídicos internacionales y diplomacia, también hacen política internacional. El Mapa Bicontinental, es un hecho de política internacional, no lo es ni de diplomacia ni de derecho, al menos por el momento.

¿De qué nos auto-escandalizamos? El Reino Unido actúa de la misma manera. Haciendo política exterior por canales diferentes a los que hace diplomacia y derecho internacional.

Repasemos un segundo. ¿Sabías que 18 el de diciembre de 2012 el Foreign and Commonwealth Office decidió llamar unilateralmente “Tierra de la Reina Isabel “(Queen Elizabeth Land) al territorio antártico que se superpone a nuestros reclamos y el de los chilenos? Eso es política exterior. “Pogo” se lo llama en las bailantas.

¿Sabías también que en 2008, el “Territorio Antártico Británico” emitió su primera moneda de curso legal? Si, la “Antártida Inglesa” tiene su moneda.

¿Sabías que el comisionado para ese “territorio” es nombrado por el OverseasTerritoriesDepartment, el mismo órgano desde donde se administran las Malvinas y otras Colonias?

¿Sabías que el British OverseasTerritoriesAct 2002 en vigor desde el 21 de mayo de 2002, confiere la ciudadanía británica a los nacidos en el “Territorio Antártico Británico”?

Nos escandalizamos de nuestro Mapa Bicontinental y nos parece justo, natural y bienintencionada la política exterior británica. Tenemos un problema. Como decía el cordobés del chiste:“¡Organicémonos!”.

El tema da para mucho más y cada arista reviste una enorme complejidad. El mapa bicontinental no es acto de egocentrismo, ni de irredentismo territorialista chauvinista, es política exterior.

Los trazos de la política exterior de coyuntura pueden gustar o no, eso es una cuestión de ideología y está bien que así sea en una democracia. Las coyunturas pasan, los hombres que las ejecutan también y con ellos las preferencias y las animosidades, las Políticas de Estado no. 

La bicontinentalidad no puede ser un coto de caza de coyunturas oportunistas y preferencias ideológicas. ¿Reclamamos “largo plazo”? acá tenemos algo bien claro, que no está improvisado y que hunde sus raíces profundo en la historia y atravesando absolutamente a todos los actores de la historia, t-o-d-o-s.

La bicontinentalidad es un patrimonio histórico de los argentinos. Tocó en suerte la sanción por ley en 2010 de una nueva cartografía, pero bien merecido estaba que lo hubiese sido durante los noventa, los ochenta o los setenta. Las vicisitudes de la historia la vieron sancionarse en el 2010.

La bincontinentalidad transita también por esa ancha avenida por donde transitan la mayoría de los sueños de los argentinos.

Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
Más de Juan Recce

Escudé se equivoca sobre Malvinas

Por Juan Recce
Escude plantea Malvinas casi como un capricho ñañoso y se equivoca. Malvinas tiene un sentido y ese sentido no es “sentimental”, es “material” y por tanto “pragmático”.

Malvinas: los pueblos como garantes del diálogo

Es el momento de darle profundidad social de alcance continental masivo a la causa Malvinas. Poner a nuestros pueblos como garantes del diálogo y la paz es darle más que un inmenso anclaje territorial, es sembrar apoyo de alcance transgeneracional, augurándole sustentabilidad diplomática de largo plazo.

Rumbo al Comité de Descolonización desde una posición superadora

La próxima visita de nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner al Comité de Descolonización de Naciones Unidas es un gesto con gran significación política para el sensible ámbito de las relaciones diplomáticas.  

Snowden: Malvinas es un "alfil" detrás del espionaje anglosajón

Por Juan Recce
El Atlántico Sur es un teatro de operaciones del futuro en tanto puerta de acceso a la Antártida, a Suramérica y al África Subsahariana.

Todos somos Gandhi contra la nuclearización del Atlántico Sur

La cultura Gandhiana de la no violencia desmanteló el imperio inglés en la India. Hoy vamos por ese camino;hay una sociedad global comprometida y consciente que no tolera ya algunas injusticias. Miremos a los indignados, miremos la primavera árabe, nuestro mundo es muy distinto al de la Era Victoriana.