La notable performance de los indicadores financieros de la Argentina reflejan que el mercado da por descontado que el próximo gobierno levantará el cepo y saldrá del default.

Pese a que en la jornada de hoy la Bolsa retrocedió un 1,12%, en lo que va del año el Merval ya avanzó un 27% medido en dólares y es el mercado de capitales que más creció de todo el mundo, manteniéndose arriba de los 11 mil puntos. De esta manera, superó la suba del 21% con el que había finalizado el 2014 teniendo en cuenta las variaciones del tipo de cambio, que en pesos fue del 59%.

Pero lo cierto es que no sólo los títulos locales están viviendo una fiesta. También los ADRs de compañías argentinas que cotizan en Wall Street volaron en las últimas semanas, principalmente las del sector bancario.

Por otro lado, pese a que el litigio con los fondos buitre sigue sin resolverse, el riesgo país no para de bajar y ya está debajo de los 600 puntos, retrocediendo casi 17% en estos primeros tres meses, lo que incluso fue destacado por la propia Cristina durante su discurso del 1 de marzo. Hace un año, esa variable se ubicaba en 873 puntos, un 30% más arriba.

Como consecuencia, el riesgo país entre Argentina y Brasil ya se redujo casi a la mitad desde principios de año. A fines de 2014, el sobrecosto que pagaba Brasil sobre la tasa de los bonos del Tesoro era de 261 puntos versus los 719 de Argentina. Esa brecha se redujo: Brasil trepa a 344 pb., pero Argentina baja a 584 puntos, según publicó hoy El Cronista.

La prueba de esta confianza entre los inversores se vio reflejada en las últimas emisiones de deuda que lanzaron el gobierno nacional y el de la Capital Federal, que recibieron ofertas que multiplicaban varias veces los fondos que habían salido a buscar.

En el caso de Mauricio Macri, durante su gira en el exterior colocó U$S500 millones que le permitieron refinanciar un bono, pero la sobresuscripción llegó a la friolera de U$S2000 millones, cuatro veces más. En el entorno del jefe de gobierno porteño comentan que los bancos están todo el tiempo ofreciéndose gustosos a hacer nuevas colocaciones.

Por su parte, el ministerio de Economía ya había acordado con el JP Morgan meter unos U$S2000 millones por medio del Bonar 24 a una tasa del 8,5%, pero la operación no pudo concretarse porque al ser una entidad norteamericana, el juez de Nueva York Thomas Griesa advirtió que ayudar a la Argentina implicaría violar el fallo que convalidó el pago de U$S1600 millones a los holdouts.

Funcionarios del gobierno reconocieron públicamente que, al igual que el gobierno porteño, reciben constantemente ofertas para emitir deuda por parte de los grandes jugadores del mercado.

Esos U$S2.000 millones que no pudo conseguir el gobierno habrían representado una buena cuota de aire, si se termina concretando un segundo intento por refinanciar el Boden 2015 que vence este año, después del fracaso de diciembre. Esas dos medidas combinadas le hubieran permitido seguir liberando el cepo en el dólar ahorro-y así ayudar a que el blue siga bajando- y aflojar el grifo para los importadores, para evitar que el estancamiento de la economía se siga agudizando.

“El riesgo país se comprime porque no hay oferta de nuevas emisiones, entonces el mercado está desesperado por papeles argentinos”, analizó una fuente del sistema financiero.

Esta verdadera fiesta que están atravesando los mercados es lo que llevó a Macri a asegurar que podría liberar el cepo al día siguiente de asumir como presidente, si llega a ganar las elecciones de octubre.

Enseguida, referentes económicos de otras fuerzas salieron a cruzarlo y advirtieron que soltar el dólar provocaría una devaluación inmediata, con mayor inflación y licuación de salarios. Hasta Carlos Melconian, uno de sus asesores, salió a desestimarlo, lo que generó revuelo y agudizó las internas en el partido amarillo. Sus rivales lo acusan de no estar al tanto de la voluntad de los inversores de apostar a la Argentina.

Sin embargo, en el macrismo destacan que ninguno de los economistas que han tenido experiencia en la función pública con emisiones de deuda externa lo contradijeron y sólo trabajaron “con una economía cerrada”. Tal es el caso de los ex secretarios de Finanzas Miguel Kiguel, Daniel Marx o el padre de la Convertibilidad Domingo Cavallo, que lo respaldó. "Hay que eliminar el cepo cambiario. Escuché que Macri dijo que lo hará, lo que lo que me parece muy bien. Un nuevo gobierno lo puede hacer de un día para el otro”, aseguró ayer el ex titular del Palacio de Hacienda durante el menemismo.

En los equipos del PRO dicen que va a ser posible liberar el cepo en diciembre porque el proceso comenzará en octubre, el mes de las elecciones. Entonces los dólares lloverán, el mercado de capitales se abrirá y Macri anunciaría un paquete de leyes para reformar la economía.

“Podemos conseguir 10 mil millones de dólares”, comentaban con optimismo desde el partido amarillo. Y recuerdan el proceso de expansión monetaria que viene implementando la FED desde el 2008 que inundó el mundo de billetes verdes y desplomó la tasa de interés mundial.

Ayer Yellen anunció que al menos hasta junio no habría ajustes en la tasa. Una vez más, la decisión de aumentarla quedó postergada, como ya sucedió previamente en varias oportunidades.

En cuanto al litigio con los fondos buitre, en el macrismo creen que habría que buscar una solución negociada que sirva posteriormente para cada holdout que reciba una sentencia favorable similar a la de Griesa, e ir pagándolas parte en efectivo y parte con bonos a medida que vayan saliendo y no, por el contrario esperar a que aparezcan todos para recién entonces firmar un acuerdo.