La Administración para el Control de Drogas (DEA) elogió la cooperación de autoridades federales mexicanas en una operación que condujo a la captura de una docena de narcotraficantes a los dos lados de la frontera entre México y Arizona y la incautación de 120,000 tabletas contaminadas con fentanilo.
"Después de una amplia cooperación bilateral entre los Estados Unidos y México, la FiscalÃa General de la República (FGR) llevó a cabo una importante operación de cumplimiento para desmantelar una prolÃfica organización transnacional de tráfico de drogas que opera en Nogales, Sonora, a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México", informó la DEA.
La novedad fue que mientras que la fiscalÃa se abstuvo de divulgar su logro de arrestar a cinco sospechosos en Sonora e interceptar las pastillas con fentanilo y otras drogas, la DEA y el Departamento de Justicia, que dependen del presidente Joe Biden, fueron las que difundieron el éxito mexicano en el operativo.
El operativo incluyó la detención de otros siete narcotraficantes, que fueron detenidos en poblados de la frontera de Arizona con México y fueron presentados ante la corte federal en ese estado.
Como resultado y en un fuerte gesto que va a contramano de la tensión de los últimos meses, las dependencias de la administración Biden enfatizaron que los arrestos fueron posibles por la colaboración entre los dos gobiernos.
El fiscal general Merrick Garland fue el encargado de dejar en claro la postura de la Casa Blanca: "Estas acciones coordinadas demuestran el éxito que nuestros paÃses pueden tener cuando trabajamos juntos para enfrentar esa amenaza", afirmó. Fue la manera de dejar atrás por un momento las acusaciones que alimentaron el relato anti-México en la polÃtica estadounidense.
"Las organizaciones transnacionales de tráfico de drogas representan una amenaza sin precedentes para la seguridad pública tanto de los Estados Unidos como de México", destacó el fiscal.
El Departamento de Justicia también enfatizó que el apoyo de la oficina de la DEA en la Ciudad de México y de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) fue fundamental para brindar coordinación entre las agencias de aplicación de la ley de Estados Unidos y México. La AIC es la contraparte mexicana de la Oficina de Investigaciones Federales (FBI).
El inusual elogio de agencias federales estadounidenses a la administración de López Obrador en su cooperación contra el tráfico, principalmente de fentanilo, es resultado de un reacomodo polÃtico en respuesta a la idea de republicanos de enviar tropas estadounidense a México a enfrentar a los carteles de las drogas.
El noviembre del año pasado, un grupo de ex miembros destacados del gabinete del ex presidente Donald Trump lanzó una campaña para declarar que los carteles de las drogas son organizaciones terroristas internacionales, y, con esa declaración, justificar el uso de fuerzas armadas en territorio mexicano.
Según ese grupo -que tiene entre sus voceros más destacados al senador Lindsey Graham-, las decenas de muertes de estadounidenses que consumen fentanilo equipara en peligro a los carteles de las drogas con organizaciones como el Estado Islámico o Al Qaeda.
La titular de la DEA, Anne Milgram, y la administración Biden amortiguaron cuanto pudieron esa campaña de invasión al paÃs que gobierna AMLO. "México podrÃa hacer más, pero ya está haciendo", afirmaron, como parte de una declaración ambigua que, sin embargo, alcanzaba para marcar diferencias con la ofensiva republicana.
El acercamiento de Biden con AMLO lleva algunos meses. En abril pasado, los dos paÃses reunieron delegaciones de alto nivel en la Ciudad de México para abordar el tema del fentanilo y la colaboración del gobierno de México. Acordaron combatir el tráfico de drogas y armas de Estados Unidos a México. Cifras conservadoras estiman que cada año pasan de contrabando de territorio estadounidense al mexicano unas 210,000 armas de fuego, que en su mayorÃa terminan en manos de sicarios de los carteles.
El cambio se da en los dos grandes partidos. Los republicanos han suavizado un poco su posición, mientras la administración Biden ahora destaca la participación mexicana contra el fentanilo. Los congresistas del Partido Republicano que promovÃan el plan de invasión a México en la lucha contra los carteles parecen haber encontrado dificultades para continuar con su ofensiva.
Los especialistas ligados a la Casa Blanca consideran que la misión resulta inviable, sin otro plan para el tráfico de armas de fuego y sin querer enfrentar a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA) que financia las campañas de una parte considerable de la dirigencia republicana.
El republicano de Texas John Cornyn es la cabeza visible de la actual campaña, que desecha la invasión a México. El senador dialoguista propone que las tropas mexicanas sean las que, con entrenamiento estadounidense, persigan a los carteles mexicanos de las drogas.
"Estados Unidos y México deben trabajar juntos para poner fin a la violencia de los carteles y las drogas que asola a las comunidades en ambos lados de nuestra frontera compartida", dijo Cornyn. El senador presentó un proyecto de ley conocido como Partners, o socios en inglés.
"Este proyecto de ley equiparÃa a las fuerzas militares mexicanas con el entrenamiento que necesitan para ayudarlos a enfrentar los cárteles asesinos y mantener a nuestros paÃses seguros y protegidos", afirmó el senador.
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