El senador John Fetterman, de 53 años, ha regresado al Senado después de recibir tratamiento por depresión clÃnica en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed. El demócrata que en noviembre pasado ganó las elecciones en el estrategico estado de Pensilvania comenzó el tratamiento como paciente hospitalizado en febrero y fue dado de alta a finales de marzo.
"Es genial estar de vuelta", dijo a los periodistas cuando llegó al Capitolio. Sin embargo, no respondió las preguntas que apuntaron a indagar en si podrá cumplir su mandato completo de seis años, que se extiende hasta 2029.
El ex vicegobernador de Pensilvania realizó una campaña polémica después de sufrir un derrame cerebral el año pasado y levantar cuestionamientos sobre su capacidad para servir en el senado. Triunfó sobre el candidato de Donald Trump, el mediático doctor Mehmet Oz, a pesar de que luchó visiblemente por formar oraciones coherentes durante su único debate en octubre pasado.
Fetterman afirmó en una entrevista a principios de este mes que su depresión lo habÃa vuelto "indiferente" a vivir poco después de derrotar al candidato republicano respaldado por el ex presidente.
Poco antes de su hospitalización, Fetterman tenÃa problemas para escuchar con claridad las voces de otras personas, un problema de procesamiento auditivo que empeoró durante perÃodos de gran estrés o en situaciones desconocidas.
"Quiero que todos sepan que la depresión es tratable y que el tratamiento funciona", dijo Fetterman en un comunicado tras ser dado de alta. "Esto no se trata de polÃtica: en este momento hay personas que sufren depresión en los condados rojos y azules. Si necesita ayuda, por favor consiga ayuda", agregó. Su oficina habÃa dicho que regresarÃa a Washington, DC el 17 de abril, cuando el Senado volvió a sesionar luego de un receso de dos semanas.
Si bien Fetterman habÃa lidiado con la depresión en diferentes momentos a lo largo de su vida, a fines de febrero su jefe de gabinete afirmó que la afección se habÃa vuelto severa y anunció que el senador habÃa decidido buscar tratamiento.
Las reacciones en el partido democrata fueron de apoyo a Fetterman desde un inicio. El presidente Joe Biden aprovechó para lanzar mensajes de apoyo a las personas que sufren depresión y buscó capitalizar las dificultades del senador en torno a un problema general. La senadora Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, fue un paso más allá y afirmó que Fetterman "salvó vidas" al hablar públicamente sobre cómo obtener ayuda para su depresión.
La repercusión de la situación de Fetterman ha sido una sorpresa impactante para el equipo del senador de Pennsylvania, que estaba preocupado por cómo responderÃa el público a las revelaciones de la depresión.
Una conclusión que se puede sacar es que la polÃtica está cambiando a su alrededor. El regreso de Fetterman a su despacho representa el ejemplo más visible de que la capital de la nación -una ciudad donde las figuras públicas a menudo luchan para mantener las batallas personales en secreto- comienza a abordar lentamente un problema que afecta a 1 de cada 5 estadounidenses. Desde el Congreso hasta la Casa Blanca, los formuladores de polÃticas han comenzado a inclinarse hacia la salud mental como una prioridad polÃtica.
Fetterman, el candidato atÃpico que se transformó en el inesperado salvador de los demócratas
La crÃtica del lado republicano no serÃa que Fetterman hable abiertamente de su situación mental, sinó que no lo haya hecha antes de las elecciones. El senador evitó hablar de las secuelas de su derrame durante la campaña y, una vez amarrado el cargo, se le encumbra desde su partido como valiente por hacer pública su realidad.
La mayorÃa de los comités del Senado, incluido el de Fetterman, actualmente están divididos con una mayorÃa de un escaño para los demócratas, y la ausencia de cualquier senador complica las votaciones.
La baja de Fetterman ha coincidido con la de la senadora Dianne Feinstein de California, que se vio obligada a retirarse temporalmente del Senado después de ser hospitalizada, en un movimiento que dejó a los demócratas sin margen de error para confirmar a los candidatos judiciales de Biden. La vicepresidenta Kamala Harris nuevamente ha tenido que ser llamada a la acción para desempatar y confirmar dos de las elecciones judiciales del presidente.
Feinstein, quien a los 89 años es la senadora en ejercicio de mayor edad del paÃs y con más años en el cargo, anunció el mes pasado que no buscarÃa otro mandato. A pesar de las frecuentes especulaciones de que Feinstein renunciarÃa debido a su avanzada edad y salud, la senadora dijo que espera terminar su mandato actual, en enero de 2025.
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