El presidente Joe Biden, con tendencia a dosificar sus entrevistas, decidió dirigirse a Nueva York para hablar de la actualidad en televisión en un dÃa convulsionado por la decisión de la Corte Suprema de anular el uso de la acción afirmativa en las admisiones universitarias. Fue hace dos semanas, la última vez que cedió a un intercambio de preguntas.
Las escasas apariciones de Biden en televisión suelen ser en entrevistas amables, como la conversación en la MSNBC, en la que el presidente habló de su campaña de reelección y reconoció que sus números en las encuestas "no son buenos". Biden aprovechó para recordar los errores de los sondeos, como cuando sugirieron que no ganarÃa las primarias demócratas de 2020 ni derrotarÃa a Donald Trump en las elecciones generales. Lo mismo, dijo, sucedió con la predicción de las elecciones intermedias del año pasado.
La aparición televisiva tuvo un final al más puro estilo Biden, donde después de casi 20 minutos de suave entrevista, el demócrata se levantó de su silla y tomó la ruta escénica fuera del plató de MSNBC, caminando detrás de la presentadora Nicolle Wallace mientras se burlaba del análisis de su entrevista con los espectadores. El momento rápidamente se volvió viral.
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Este tipo de escenas, en las que Biden se muestra confuso, cada vez son más frecuentes y encienden las alarmas. Los republicanos aprovechan tanto las caÃdas o gafes del presidente para cuestionar su capacidad de continuar en el despacho oval. Es habitual que en las apariciones ante los medios, las preguntas estén pactadas e incluso Biden tenga notas para dirigirse a los periodistas.
Los funcionarios de la Casa Blanca argumentan que la decisión de que Biden no dedique mucho tiempo a la prensa es una estrategia deliberada de sortear los medios noticiosos tradicionales para conectar con las audiencias "donde están", sin estar sujetos al filtro de los periodistas polÃticos o de investigación.
A pesar de que Biden prometió que "devolverÃa la transparencia y la verdad al gobierno", el presidente concedió la menor cantidad de entrevistas desde la presidencia de Reagan. Solo 54 en los primeros dos años. En el mismo perÃodo, Trump concedió 202 y Barack Obama, 275. Su anterior aparición fue a principios de mayo y también en MSNBC.
Biden también se remonta a tiempos de Richard Nixon o Ronald Reagan, en cuanto al número de conferencias de prensa. Es el presidente de la historia reciente que más medidas ha tomado para reducir las oportunidades de que los periodistas lo interroguen en foros donde puede ofrecer respuestas improvisadas.
Cuando Trump era presidente, fue criticado por dar entrevistas a medios simpatizantes donde las preguntas a menudo eran suaves e incluso aduladoras. Si bien los periodistas que cubren la actualidad de la Casa Blanca celebraron el fin de la hostilidad y la difusión de información falsa de Trump, la tarea con Biden es mucho más complicada. Por un lado, por la falta de acceso al presidente y por otra, por el mensaje cautelosamente cuidado por parte de los asesores.
Los funcionarios de la administración han enfatizado repetidamente la importancia de mantener informados a los estadounidenses, pero los reporteros se han quejado desde un inicio de la falta de acceso al presidente y algunos funcionarios de la administración.
La relación de Biden con la prensa es peculiar por su difÃcil acceso, pero el trato que recibe es protector, según critican analistas conservadores. Pese a que Biden no es cuestionado de la forma que era Trump, desde la casa Blanca se insiste en que hay otras formas de hacer llegar la información a los americanos.
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"Nuestro objetivo final es llegar al pueblo estadounidense donde sea y como sea que consuman los medios, y eso no es solo a través de la sala de reuniones o los medios de comunicación con sede en Washington", dijo Ben LaBolt, director de comunicaciones de la Casa Blanca. "La fractura de los medios y la naturaleza cambiante del consumo de información requiere una estrategia de comunicación que se adapte para llegar a los estadounidenses donde reciben las noticias".
Los funcionarios de la Casa Blanca dicen que las 'interacciones de preguntas y respuestas informales e informativas de Biden con los reporteros' muestran que está feliz de interactuar con los periodistas que lo cubren regularmente'. Sin embargo, muchos de los corresponsales habituales que cubren la información de Washington comentan que esos intercambios con los reporteros son 'muy breves', y en algunos casos las preguntas se gritan a gran velocidad sin una respuesta del presidente, o si lo hace, generalmente son apenas una o dos palabras.
Desde que Biden asumió el cargo el 20 de enero de 2021, también se ha comunicado con el público de diferentes maneras, como discursos, ensayos de opinión escritos y varias reuniones públicas televisadas. Las ruedas de prensa rara vez involucran al presidente. Estas sesiones informativas son reuniones del Cuerpo de Prensa de la Casa Blanca con el Secretario de Prensa y otros. Biden promedió diez conferencias de prensa por año durante sus primeros dos años en el cargo, incluidas 11 sesiones en solitario y nueve con lÃderes extranjeros. En comparación, Trump promedió 19,5 durante ese mismo perÃodo y Obama 23.
La realidad de un presidente que se defiende mejor con los comentarios preparados y se suele respaldar en el teleprompter se augura difÃcil una vez tenga que medirse a debates y a la ardua carrera de una campaña electoral, que en las pasadas elecciones fue atÃpica por la pandemia y que permitió a Biden hacer campaña de forma telemática en muchas ocasiones.
La tendencia a que el presidente responda pocas o ninguna pregunta de los reporteros que se mantienen a cierta distancia en sus viajes será complicada una vez Biden tenga que hacer campaña. De momento, el personal de la Casa Blanca trabaja para minimizar los comentarios extemporáneos y la tendencia de Biden a cometer errores.
No es lo mismo Biden presidente que Biden candidato, y entrevistas como la realizada en Nueva York, son un test de la capacidad de Biden para afrontar una nueva contienda electoral.
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