La polémica asunción del juez Esteban Furnari al frente del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N 2, donde se trata la causa del Barco Casino, finalmente se concretó, al jurar este flamante magistrado, en una designación cargada de sospechas e irregularidades.

Furnari, hasta ahora secretario de la Sala V de la Cámara Contensioso Administrativa e impulsado políticamente en el Consejo de la Magistratura por la diputada kirchnerista Diana Conti, asumirá como juez subrogante, algo que la Suprema Corte ya definió como inconstitucional.

Sin embargo, la polémica de su asunción no se agota en este punto -ya que se lo designó antes de la declaración de la Corte- sino en el método utilizado para que llegue al cargo.

Cuando el ex juez Sergio Fernández -hermano de un ex funcionario menemista-, dejó vacante su cargo en el juzgado para pasar a ser camarista, se creó una terna de candidatos para ocupar el puesto, en la cual Furnari no figuraba. Sin embargo, sugestivamente "saltó" por encima de aquellos que acumulaban más votos y se hizo con el cargo.

El 13 de marzo pasado, el pleno de la Cámara en lo Contencioso Administrativo, en votación mayoritaria, elevó al Consejo de la Magistratura una terna integrada por Pablo Eduardo Carossino, Hernán Gerding y Macarena Marra. En el acta figuraba que los camaristas Jorge Argento, Carlos Grecco, Jorge Morán, Pablo Gallegos Fedriani y el propio Sergio Fernández, se había inclinado por incluir en la terna a Furnari, pero esa postura resultó derrotada y, en consecuencia, Furnari no estaba en condiciones de ser designado.

No obstante ello, la Comisión de Selección del Consejo entendió que Furnari formaba parte de una "terna de minoría" y, salteándose a los otros tres candidatos, lo designó para ocupar el cargo vacante.

Tal cual lo explica el artículo 10 del reglamento interno del Consejo de la Magistratura, "la Comisión de Selección de Magistrados y Escuela Judicial del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la Nación analizará los antecedentes de los ternados o del propuesto, pudiendo convocarlos a una entrevista personal si así lo estimara conveniente, y procederá a elegir a uno de ellos, lo que comunicará a la Cámara o Tribunal Oral respectivo para que proceda a su designación y le reciba juramento". Este es el artículo que se violó para que Furnari pueda asumir.

A pesar de que todo parece cosa juzgada, algo podría entorpecer a último momento la asunción de Furnari. El muy activo abogado Ricardo Monner Sans elevó ayer sendos recursos, ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo y el Consejo de la Magistratura, para que se evite la jura de Furnari y todas las asunciones de jueces subrogantes.

En su escrito, Monner Sans pide que "todo aquel que no se encuentre al 23 de mayo de 2007 ejerciendo efectivamente su tarea de Juez subrogante, debe abstenerse de hacerlo", y que "Consiguientemente, el Sr. Presidente notificará que no puede desde aquella fecha, tomarse juramento alguno a ningún nuevo Juez subrogante". Pero a pesar de esto, difícil es que logre evitar lo que parece inevitable.

El juzgado Contencioso Administrativo N 2 tiene en sus fojas más importantes el caso del Barco Casino. Según fuentes judiciales, este juzgado es "un kiosco que nadie quiere dejar". De hecho, la misma fuente advirtió que "Cuando el juez (Roberto) Gallardo iba y cerraba el Casino, a la tarde llegaba la causa a manos de Fernández y entraba de nuevo en funciones".

Por esto, no resulta extraño que el propio Fernández haya sido uno de los que impulsó fuertemente la designación de Furnari, un hombre de su confianza, y que haya movido "sus fuertes contactos políticos" -según cerró la fuente- para lograr la irregular asunción.

Esta pulseada por un simple juzgado no es ociosa si se tiene en cuenta que el empresario kirchnerista Cristóbal López, de extrema cercanía a la Casa Rosada, lleva adelante una dura embestida para quedarse con la totalidad del paquete accionario de los dos Barcos Casino de la española Cirsa, de lo que ya logró apropiarse de un 50 por ciento.

Los barcos hoy sufren un ahogo financiero producto de su cierre por el inexplicable conflicto gremial que le plantean los trabajadores del gremio de marineros, SOMU, que conduce el ultrakirchnerista Omár Suárez. Esto levanta sospechas en el mercado de una operación impulsada por la popia Casa Rosada, como sostuvo ayer el portal español El Confidencial, que ve detrás de la maniobra al propio Néstor Kirchner.

Ahora con Furnari, el kirchnerismo sumaría a su embestida gremial y empresarial, una garantía judicial.