Los organizaciones pro-inmigrantes empezaron a perder la paciencia, a medida que avanza una negociación a la defensiva por parte de los demócratas. En el Senado el diálogo bipartidista se empantanó para el Gobierno. La administración de Joe Biden busca aprobar un paquete de ayuda por $106.000 millones a Ucrania, Israel y Taiwán.
Pero los republicanos se resisten y condicionan su respaldo. A cambio del auxilio militar, reclaman una polÃtica más estricta para los inmigrantes y mayores controles la frontera sur. La dinámica de la discusión, con un intercambio de situaciones que no tienen conexión entre sÃ, se volvió incómoda para el sector más pro-inmigrantes de los congresistas demócratas. También, para las organizaciones que defienden los derechos de los sin papeles.
El senador latino Alex Padilla, presidente del Subcomité Judicial del Senado sobre Inmigración, CiudadanÃa y Seguridad Fronteriza, hizo circular una declaración de alarma firmada por otros nueve demócratas de la Cámara Alta. El grupo ahà expresan su preocupación por el rumbo de la negociación parlamentaria.
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"A medida que avanzan las negociaciones en torno al paquete de ayuda suplementaria, nos preocupan los informes de cambios perjudiciales en nuestro sistema de asilo que potencialmente negarán protección humanitaria para salvar vidas a personas vulnerables, incluidos niños, y no lograrán ninguna mejora significativa en la situación en la frontera", apuntó Padilla y sus colegas.
El principal foco del debate es una herramienta que se volvió una marca registrada de la Casa Blanca bajo la gestión de Biden. Se trata de la figura del "parole humanitario", usada en situaciones urgentes para admitir a refugiados de diversos paÃses. Biden utilizó la flexibilidad ejecutiva del programa para admitir migrantes que van desde Venezuela y Cuba, hasta personas exiliadas tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán y otras escapadas de Ucrania tras la invasión rusa. AsÃ, el gobierno permitió que migrantes de paÃses designados vivan y trabajen temporalmente en EEUU. El recurso permitió descomprimir los aumentos de flujos repentinos en la frontera con México. Pero los republicanos argumentan que el gobierno está aplicando esa autoridad de manera demasiado amplia y discrecional.
"Estamos viendo una dinámica que se instaló hace años en el debate sobre la inmigración. Los demócratas están cediendo terreno de una forma completamente inaceptable a la derecha trumpista nativista, que no es toda la derecha", se queja ante LPO el activista en defensa de los sin papeles Thomas Kennedy, abogado y vocero de Immigration Hub.
Delegado de Florida en la Junta Directiva del Partido Demócrata, el argentino Kennedy opina que la negociación en el Congreso está poniendo al sistema moderno de asilo, nacido a partir del Holocausto, como rehén de la ayuda militar a Taiwán, Ucrania e Israel. "Estamos rompiendo esa tradición", se queja ante este medio. Y agrega que la multiplicidad de polÃticas de ayuda hacia los inmigrantes, desde los paroles y los TPS, hasta los DACAS y los permisos para trabajadores agrÃcolas, terminan dividiendo los esfuerzos.
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"Asà se pierde de vista el problema amplio: el de los 15 millones de personas sin papales que hay en este paÃs", concluye el argentino Kennedy. "Es momento de que los demócratas se pongan de pie y dejen en claro cuáles son las prioridades para las comunidades de inmigrantes por las que están luchando. ¿O simplemente van a aceptar cambios radicalmente dañinos?", agrega Andrea Flores, vicepresidenta de polÃticas y campañas de inmigración de la organización FWD.us.
En septiembre fueron detenidos 269.735 inmigrantes indocumentados en la frontera sur. Fue un récord mensual en los 3 años de ciclo demócrata, lo que le valió una lluvia de cuestionamientos por parte de la oposición.
La administración demócrata busca combinar un discurso firme y a la vez humanitario hacia los inmigrantes, con un ojo puesto en el voto latino. Donald Trump, en cambio, promete realizar un operativo de deportaciones masivas sin precedentes en la historia de EEUU.
Desde el 12 de mayo, según cifras oficiales a las que accedió LPO, el Gobierno devolvió a más de 380.000 personas que intentaban cruzar la frontera sin autorización. Se trata de una cifra récord en ese lapso. La administración de Biden además activó vuelos de repatriación directos de los Estados Unidos a Venezuela. Fue en reacción al movimiento masivo de personas a través del Darién entre Panamá y Colombia hacia la frontera de EEUU con México.
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"No son soluciones el tema de fondo. La gente va a seguir viniendo a Estados Unidos porque atraviesan situaciones desesperadas. Tienen necesidad de refugio polÃtica o de mayor seguridad, escapan de narcos y de dictaduras o simplemente buscan mejor poder adquisitivo. En Argentina ya la gente quiere ganar en dólares, ni hablar de las personas de paÃses centro americanos. La gente busca una vida mejor", concluye Kennedy.
Si bien la negociación sobre la polÃtica migratoria por ahora se realiza en el Senado, no se trata de un debate ceñido al ámbito parlamentario. Es muy probable que deba intervenir Biden para encontrar un punto de acuerdo.
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