Son varios los ataques que en los últimos días Andrés Manuel López Obrador ha realizado contra El Financiero, propiedad de Manuel Arroyo, desde la mañanera, luego de que el pasado 21 de marzo el periódico publicó una encuesta sobre el nivel de aceptación presidencial versus el nivel de aceptación de uno de sus principales opositores: la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El resultado no gustó a López Obrador, pues la mayoría de los encuestados aseguraron confiar más en la Corte (61%) que en él (54%).
Si bien el Presidente siempre ha demostrado cierta animadversión hacia El Financiero y sus encuestas, la correspondiente a la alta aprobación de la Corte ocasionó un renovado conflicto. Así, el 23, 24 y 28 de marzo el mandatario acusó a ese medio de manipular, cucharear encuestas y corromper su información a cambio de favores, incluidos los que en la administración pasada llegó a hacer a cambio de cuantiosos créditos de la banca gubernamental.
Aseguró que era un periódico de esos que "trafican" con encuestas a modo, recordó que en 2018 publicó una apoyando a Miguel Ángel Osorio en donde lo rebasaba a él en preferencias, subiendo de una encuesta a otra 10 puntos y ejemplificando con esto el modus operandi de El Financiero.
Grupo Lauman / El Financiero pasa por una crisis económica fuerte. Debe al Gobierno Federal un crédito que le fue otorgado el sexenio pasado por 100 millones de dólares y, a decir del propio Presidente, este crédito no debió ser otorgado por falta de garantías.
Se conoce en el circulo periodístico que estas presiones han ocasionado que El Financiero batalle para pagar la nómina a sus colaboradores e incluso ha estado a punto de perder la franquicia de noticias con Bloomberg, todo, aparentemente, por un hoyo negro que le generó la falta de inversión en publicidad gubernamental. Se especula que le representaba el 60% de sus ingresos el sexenio pasado.
A toda la presión oficial, se suma que Arroyo estaría por perder los derechos de transmisión deportiva del equipo de fútbol de mayor audiencia que tiene su empresa Fox Sports: los Rayados de Monterrey, los cuales decidieron irse a TelevisaUnivision, pues en Monterrey señalan que Arroyo tiene adeudos del contrato actual.
Pero para contentar al Presidente, Arroyo ha utilizado encuestas en donde sobredimensiona a Morena en las proyecciones de las elecciones en Estado de México y Coahuila, aún cuando existen otras, como las de Reforma y Massive Caller, que ponen en mejor plano a los opositores a la 4T:
Encuestas /Elección Coahuila
Encuestas /Elección Estado de México
En las imágenes anteriores, es notable la desviación que tienen las encuestas de El Financiero a favor de Morena versus otras encuestas publicadas: en el caso de Coahuila, de acuerdo con Reforma, el candidato del PRI-PAN-PRD, Manolo Jiménez, tiene más de 18 puntos de diferencia sobre el de Morena. En tanto, en los resultados de Massive Caller para el Estado de México, la candidata del PRI-PAN-PRD, Alejandra del Moral, ha tenido un crecimiento de más de 10 puntos, lo que la ha puesto ya a solo 6.9 puntos de distancia de la candidata de Morena, lo que la convierte en una seria amenaza no solo de alcanzar a Delfina Gómez, sino de ganarle.
Las encuestas que favorecen a los morenistas han tenido una gran difusión en todas las ventanas de El Financiero. Tanto, que el mismo 31 de marzo estos resultados fueron reiterados en una nota difundida en sus redes sociales.
Los sondeos de El Financiero parecen muy oportunos, aunque poco serios al compararse con otras encuestas. Manuel Arroyo, quien era muy cercano al vocero presidencial, Jesús Ramírez, parece que utiliza sus encuestas para congraciarse con el Presidente. Mismo método que utilizó con el priismo durante el peñismo.
Así, la credibilidad de El Financiero e incluso la del mismo Manuel Arroyo, podrían quedar en entredicho, luego de estos intentos para favorecer los intereses del Presidente.
Para los medios el mensaje del Presidente lleva años siendo muy claro: los que no lo favorecen, publican "viles mentiras" y las encuestas las hacen "ahí en el escritorio bien cuchareadas". Menos mal el Presidente no odia y sólo no olvida. El Financiero se la debe, aquí la muestra:
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