Luego de que la inflación en Estados Unidos ha dado señales de ceder, la Reserva Federal (Fed, por sus siglas en inglés) arrancó con un alza de tasa moderada en solo 25 puntos porcentuales -luego de 50 en diciembre- con lo que la ubicó en 4.75%, que es su nivel más alto desde 2007.

La decisión fue unánime y en línea con las expectativas del mercado, reconociendo que la inflación ha comenzado a ceder, sin embargo, no lo suficiente para que el banco central estadounidense pueda considerar comenzar a frenar el ciclo alcista.

Además, en su comunicado deslizan la posibilidad de que continúe con esta estrategia, toda vez que en su comunicado señalaron que "Los aumentos continuos serán apropiados para lograr una postura de política monetaria que sea lo suficientemente restrictiva para devolver la inflación al 2%".

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Aunado al dato inflacionario, que en diciembre se ubicó en 5%, el banco central también consideró los datos de salarios y prestaciones de los trabajadores estadounidenses, que resultaron con un crecimiento menor en los tres últimos meses de 2022, significando la tercera desaceleración consecutiva.

Para especialistas como Gabriela Siller, ante la señal de que el banco central estadounidense seguirá subiendo tasas de interés, sería esperable al menos otros dos incrementos y después podría poner fin a su ciclo alcista.

Además, tras esta decisión, el mercado mantiene su pronóstico de que Banxico subirá la tasa de interés el próximo 9 de febrero, posiblemente en el mismo nivel que la Fed, pero presionado a mantener una postura restrictiva y menos chances de comenzar recortes en este año. El consenso apunta a una tasa de 11% en México al cierre de 2023.