A la salida de una pandemia que llevó a la derrota a todos los oficialismos, la economÃa define. El Presidente se juega su capital polÃtico y debe prepararse ahora para el dÃa después de los comicios.
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Tanto en paÃses con economÃas avanzadas como en paÃses con economÃas en vÃa de desarrollo, ganar elecciones en tiempos de pandemia no ha sido fácil para los partidos de los presidentes.
En el hemisferio occidental, el humor social negativo de la pandemia tuvo mucho que ver con las derrotas electorales experimentadas por los partidos de los presidentes en Ecuador, Argentina, Costa Rica, Chile, Colombia y los EUA. Lo curioso de esta tendencia es que no ha importado si son partidos de la derecha, del centro, o de la izquierda. Independientemente de su posición ideológica, la gran mayorÃa de los partidos de los presidentes han perdido sus elecciones.
Ahora, con la guerra de Rusia en Ucrania generando nuevos problemas para el suministro de energÃa y la materia prima, los efectos polÃticos de la pandemia están cambiando, dando centralidad a un nuevo tema: el manejo de la economÃa post-pandemia.
Con el FMI pronosticando una fuerte desaceleración económica a nivel global en el año 2023, un pronóstico marcado por mucha incertidumbre sobre si la UE y los EUA evitarán una recesión económica, y la guerra en Ucrania escalando, el tema económico llegó al centro del escenario para quedarse.
Para el gobierno de Joe Biden, el panorama económico complicado pone de relieve dos claves que nos ayudan a entender el balance de poder que está en juego durante las próximas elecciones legislativas.
Primero, la estrategia de campaña del partido demócrata para movilizar a los electores para defender su mayorÃa en las dos cámaras del Congreso está en juego. Esta estrategia tiene un componente antagónico y un componente inclusivo. La crÃtica dura de Biden al partido republicano sobre el ascenso del trumpismo dentro del partido conservador y la advertencia de que, si los republicanos ganan, los mujeres puedan perder el derecho al aborto por completo son los pilares del componente antagónico.
El nuevo paquete de leyes del presidente Biden, aprobado hace dos meses, es el componente inclusivo. Dado que algunas medidas del nuevo paquete fueron implementadas dos semanas antes de las elecciones, lo más probable es que este paquete llegue tarde. Segmentos importantes de la población no van a sentir los impactos de las nuevas medidas antes de emitir su voto.
Vale la pena subrayar que el reto para Biden, un presidente que tuvo bajos niveles de aprobación durante la mayorÃa de los meses previos a la elección, ya era grande.
Desde la segunda guerra mundial, con la excepción de dos elecciones bien particulares -- 2002, un año después de los ataques terroristas del 11 de Septiembre 2001 y 1998, en un momento caracterizado por el fuerte rechazo popular a la impugnación al president Clinton -- las elecciones de medio término son contiendas en donde el partido del presidente de EUA pierde escaños en una de las dos cámaras.
Segundo, más allá de la estrategia polÃtica de la casa blanca de mantener la mayorÃa en el Congreso, la otra clave de la elección es como queda impactado el capital polÃtico de Biden.
Si el partido demócrata pierde el control de las dos cámaras, que es un escenario posible, el gobierno de Biden entrarÃa en una pequeña crisis polÃtica y la capacidad de Biden para dar forma a una narrativa sobre la recuperación económica post-pandemia y lanzar un proyecto polÃtico para mantener la presidencia en 2024 va a quedar muy debilitada.
Al contrario, si el partido demócrata pierde el control de la cámara baja pero gana la mayorÃa en el senado, este resultado deberÃa permitir a Biden comprar el tiempo que necesite para replantear una narrativa sobre su manejo de la economÃa y crear un plan para mitigar los impactos de una contraofensiva lanzada por los republicanos desde la cámara baja. Esto serÃa una especie de status quo para Biden. Su capital polÃtico no será afectado de manera negativa, y podrá mantener suficiente control sobre el partido para poder elegir su sucesor en caso de que él decida no postularse de nuevo.
Sea lo que sea, todo indica que, la pandemia, el fenómeno que impulsó la victoria de Biden sobre Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020, puede -en su nueva forma como virus económico- generar una victoria importante para el partido republicano. Esta realidad polÃtica nos lleva a una pregunta final.
¿Será Donald Trump, la vÃctima de las primeras elecciones en pandemia, u otro candidato republicano el que logrará capitalizar la situación económica difÃcil y posicionarse como el candidato opositor con el mejor plan para generar la recuperación económica post-pandemia?
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