La tesis de Alberto Fernández respecto de las causales del fuerte aumento de la inflación de febrero, en particular la guerra entre Rusia y Ucrania quedó cuestionada por los números duros. La inflación mayorista del mes fue del 4,7% motorizada por el aumento de la energía eléctrica (10,9%), pero no por el precio del petróleo crudo que cedió 0,3% en el mes.

Sí es cierto que en el mes las materias primas mostraron una suba importante con un 6,2% motivado mayormente por el aumento del 9,3% registrado por los productos agrícolas, pero no tanto por la guerra en Europa, sino por la sequía, la ola de calor que diezmó la producción avícola y los incendios. En efecto, los precios de los productos agrícolas en febrero se desaceleraron respecto del 9,5% de enero, mes en el que las especulaciones sobre un conflicto bélico en Europa no movían los mercados granarios internacionales como sí sucede en marzo.

Aunque desde niveles muy altos, los precios de los productos agrícolas en febrero se desaceleraron respecto del 9,5% de enero, mes en el que las especulaciones sobre un conflicto bélico en Europa no movían los mercados granarios internacionales como sí sucede en marzo.

En su presentación de la "guerra contra la inflación" el viernes último el presidente buscó explicar las altas cifras de la inflación de febrero: "Es importante que sepamos cómo nos afecta esta guerra. Sus consecuencias ya están en Argentina. Rusia y Ucrania son dos países muy importantes en la producción mundial de cereales. Proveen casi el 30 % de las exportaciones mundiales de trigo y cerca del 80% de las exportaciones de aceite de girasol. Entonces el conflicto termina afectando al mundo entero, porque afecta a la producción de materias primas, centrales en nuestra alimentación cotidiana. Estoy hablando de la harina, el pan, los fideos y decenas de alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana", dijo.

Al final solo se anunció un fideicomiso contra el trigo para la guerra contra la inflación

No obstante, la aceleración de las commodities agrícolas por la guerra se vio a finales de febrero y prácticamente no llegó a impactar en las transacciones por los feriados de fin de mes, en cambio golpeó de lleno a los precios de marzo en especial del trigo.  

Otro tanto sucedió con el precio de la energía, que en febrero no estuvo relacionado con el precio de los combustibles que exporta Rusia y que han encarecido el precio del GNL que la Argentina importa. El aumento de la energía obedeció casi exclusivamente que se aprobó sobre la tarifa eléctrica de los consumidores mayoristas (más de 300 kilovatios) en el Área Metropolitana de Buenos Aires, suba que fue aprobada en enero por el ENRE, se aplicó en febrero e incidió mayormente en la industria. En cambio, el petróleo crudo y el gas -que sí habían subido en enero, en febrero cayeron. No así en marzo, donde sí se espera ver el impacto del barril de crudo encima de los 100 dólares en el mercado internacional.

Lo que sí subió en febrero fueron los derivados refinados del petróleo. Lo hicieron un 8,1% previo a impuestos y 8,7% tras incorporarle el componente tributario a la ecuación.

De hecho, los números sugieren diametralmente lo contrario a la hipótesis de la inflación importada. Y aunque se cae de maduro que no es necesario importar bienes cuyos precios suben para que importan la suba de precios internacionales, lo que los números ponen de relieve es que en febrero hubo una fuerte inflación inercial de los bienes de producción nacional con los precios de los bienes importados actuando como ancla: el índice de precios básicos al por mayor (IPIB) que excluye el efecto impositivo en los precios mostró un avance de 2,8% de los precios de bienes importados contra el 5,2% de los precios de producción nacional. Y la suba de los bienes importados obedeció prácticamente en su totalidad a la suba del dólar que Miguel Pesce aceleró en el mes.

Contemplando el efecto tributario, "El nivel general del Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento de 4,7% en febrero de 2022 respecto del mes anterior. Esta variación es consecuencia de la suba de 4,9% en los 'Productos nacionales' y de 2,8% en los 'Productos importados'", detalla el Indec.

El nivel general del Índice de precios internos al por mayor (IPIM) registró un aumento de 4,7% en febrero de 2022 respecto del mes anterior. Esta variación es consecuencia de la suba de 4,9% en los 'Productos nacionales' y de 2,8% en los 'Productos importados'.

De acuerdo el desglose del Indec, la categoría que más subió fueron las prendas de materiales textiles con un alza del 14,4% en el mes, en segundo puesto con el 10,3% estuvo la energía eléctrica, en tercer lugar con 9,3% los productos agrícolas, en tercer puesto con el 8,7% los refinados de petróleo, en el cuarto con el 5,8% los productos textiles, y en el quinto puesto los vehículos automotores, carrocerías y repuestos (5,6%). Recién detrás de los muebles (5,4%) y otros vehículos (5,2%), en el octavo lugar con el 4,6% se ubicó el rubro alimentos y bebidas.

"Los precios internacionales esperamos que presionen al alza en algunas categorías, dando así lugar a una variación de precios relativos. Además, de acelerarse el ritmo de devaluación oficial los productos importados pueden comenzar a experimentar una aceleración en su tasa de variación. Un aumento de tarifas puede afectar además el indicador sobre todo por sus impactos en el resto de los productos de la economía", adelantaron para marzo los economistas de la consultora ACM.