Morena es el instituto político que protagoniza la vida pública nacional, y durante los últimos años -en pleno crecimiento del movimiento político que hoy monopoliza la agenda pública- se identificó a los hijos de Andrés Manuel López Obrador como los operadores del partido en distintas regiones del país. Siempre con perfil bajo, los tres hijos mayores del ahora Presidente fueron colaboradores estrechos, y desde luego de entera confianza, del tabasqueño. 

José Ramón López Beltrán -el primogénito- se encargaría del morenismo en el Estado de México, un estado clave que anticipó la ola de un tsunami que creció en 2017. Andy López Beltrán fue un hombre del partido en la Ciudad de México, en donde la interna por la candidatura a la Jefatura de Gobierno se puso, por momentos, muy caliente. Mientras Gonzalo, el menor de los López Beltrán, operaría en Tlaxcala.

El trabajo de los hermanos López Beltrán era importante: entre otras cosas, debían construir la estructura paralela al partido que se encargaría de fiscalizar cada una de las casillas que el INE instalaría en el proceso electoral. La experiencia que vivió AMLO en 2006 lo marcó a fuego. Por eso la necesidad de encargar ese trabajo a personas de su más íntima confianza.

Sin embargo, con la Cuarta Transformación ya en Palacio Nacional, las fronteras debieron quedar claras. El discurso contra el nepotismo de López Obrador no daba margen para que su hijos siguieran cumpliendo algún rol concreto dentro del Gobierno. LPO tuvo acceso al plan financiero con el que los López Beltrán, comandados por Andy, mandarán en las próximas semanas un mensaje definitivo de su retirada a la vida privada.

"Rocío es el amor de una madre que no está físicamente pero que está presente en nuestra formación moral y profesional". Así se describe Rocío Chocolates, la empresa familiar de los López Beltrán con la que muestran que no estarán más a cargo de labores políticas ni partidistas.

"Nuestro objetivo es crear un chocolate de alta calidad -continúa la descripción de su página web, y que todavía no permite comprar sus productos-, capaz de conquistar a los paladares más exigentes y competir con los chocolates más finos del mundo".

Además, como informa el propio sitio, el cacao con el que trabajarán los hijos de Rocío Beltrán Medina, la primera esposa del presidente, fue sembrado en la finca "El Rocío", ubicada en el municipio de Teapa, Tabasco. Una propiedad adquirida en el año 2000 y que apareció en las primeras declaraciones patrimoniales del titular del Ejecutivo Federal. Luego fue heredada en vida por los López Beltrán.

Según pudo saber este medio, Andy todavía es buscado entre las élites de Morena, cuando la agenda de su padre no le permite conversar con algunos players del sistema político mexicano. "Ya estoy fuera", responde el hijo, que en las próximas semanas comenzará a vender chocolates de cacao criollo al 60% y 80%, además de una versión con flor de sal.