La idea de firmar un acuerdo comercial con Europa en el que las reglas puedan cambiar "por motivos basados en probabilidades" no agrada del todo a los miembros de la Unión de Gremios de la Producción (UGP). Los productores de soja, en concreto, admitieron que no hay tiempo suficiente para cumplir con los requerimientos exigidos y que su aplicación en el 2025 es inviable.
El Consejo de PresidenÂtes de la analiza por estos dÃas las consecuencias de la letra chica del Reglamento 1115/2023 que el gobierno de Santiago Peña negocia con la Unión Europea, y que supone una readecuación del sistema productivo para las empresas nacionales.
A pesar de que las conversaciones con las autoridades de CanciÂllerÃa, el Ministerio de AgriculÂtura y el de Comercio son fluidas, para Gilberto OzoÂrio, presidente de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Sésamo (Capexse) y miemÂbro del directorio de la UGP, el agro paraguayo necesita más tiempo para acomodarse a las exigencias europeas.
"Hay que evaluar bien para agarrar el compromiso. También está el tiempo de implementación porque ya se quiere ejecutar desde el año que viene. De por sÃ, el tiempo no da", dijo el empresario a LPO.
Ozorio crÃtico la posibilidad de conceder a la UE atribuciones para cambiar la normativa durante el cumplimiento del contrato basados en el artÃculo de "principios precautorio", que habilita modificar las reglas de juego y tomar las medidas necesarias basados "en motivos que ellos creen que va a pasar".
"¿Cómo podemos nosotros comprometernos por algo que puede ser que ocurra? La idea es evaluar en cuánto tiempo vamos a poder estar en condiciones de cumplir para poder implementar el acuerdo. No se puede a tambor batiente agarrar un compromiso. No queremos meter la pata", sostuvo.
El ala tecnócrata del Ejecutivo, vinculada a la banca y con el apoyo de Asociación Rural del Paraguay (ARP), está de acuerdo con las condiciones de sustentabilidad y los lineamientos del "capitalismo verde" que promueve la UE. Por otro lado se ubica el Ministerio de Agricultura y GanaderÃa, con una bajada extractivista -y hasta negacionista del cambio climático-, al que se le unen la Unión de Gremios de la Producción (UGP), la Coordinadora AgrÃcola del Paraguay (CAP) y la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod).
La posición de los productores de Brasil, paÃs que lidera las negociaciones del bloque del Mercosur con la UE, es de rechazo hacia las imposiciones del acuerdo. DÃas atrás, el propio ministro de Agricultura, Carlos Fávaro, dijo que si la UE sigue sin reconocer los esfuerzos de Brasil para proteger el medio ambiente, tendrá que trabajar en el fortalecimiento de las relaciones con otros socios comerciales.
Las palabras de Fávaro sonaron como un ultimátum. Lula da Silva buscará consolidar los acuerdos con sus socios del BRICS, Rusia, India, China y Sudáfrica, en caso de que el pacto con Bruselas se estanque definitivamente por la negativa de Francia.
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