El PRO aún no tiene los votos para aprobar en la Legislatura el pliego de la candidata de Mauricio Macri para cubrir la vacante en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad.
Desde el primero de septiembre de 2009, cuando se jubiló Julio Maier, el máximo tribunal porteño funciona con cuatro de los cinco jueces. En primer lugar, Macri propuso como reemplazante a la fiscal Daniela Ugolini pero el expediente no prosperó.
Desde entonces no hubieron candidatos para ocupar la vacante y el Tribunal funcionó con cuatro miembros a los que se sumaron, de manera alternada, los distintos presidentes de Cámara porteños.
En febrero Macri envió al parlamento de la Ciudad el pliego de la jueza Inés Weinberg de Roca, a quien conoció en el gimnasio. El martes pasado, la Junta de Ética de la Legislatura firmó el despacho favorable a la propuesta de Macri para designar a Weinberg de Roca como miembro del Tribunal Superior.
Y la audiencia pública obligatoria que debe atravesar la jueza ya fue convocada para el 11 de abril próximo.
Pero pese al avance de estos actos administrativos, el PRO aún no consiguió los 40 votos que necesita para aprobar el nombramiento.
No dan los números
Para convertir a Weinberg de Roca en jueza del Tribunal Superior, el macrismo necesita sumar a sus 26 legisladores propios al menos 14 legisladores.
Sólo cuenta con tres aliados: Juan Pablo Arenaza, Adriana Montes y el zigzagueante Daniel Amoroso, que en la sesión de ayer despotricó contra el PRO porque no dio lugar a un proyecto para implementar una tarifa del subte diferenciada para los jubilados.
En los últimos años, cada vez que el PRO necesitó 40 votos, es decir los dos tercios del cuerpo legislativo, debió acudir al kirchnerismo. Y esta vez, aún no cuenta con el apoyo del interbloque de 14 diputados que encabeza el camporista Juan Cabandié.
“¿Quién quiere votarle algo al PRO a pocos meses de las primarias sin negociar nada a cambio?”, se preguntan con razón en el kirchnerismo.
Luego de la primera sesión ordinaria del año, en la que el kirchnerismo con el PRO no se pudo poner de acuerdo ni siquiera para saludar al primer papa argentino, no hay proyectos de interés para el Frente para la Victoria para poner en la balanza y negociar los votos del pliego de la jueza.
Queda pendiente desde el año pasado el proyecto del Polo Audiovisual que Cristina Kirchner quiere construir en la Isla Demarchi, pero eso ya está atado a la aprobación del convenio entre el gobierno de Macri y la firma Irsa de Eduardo Elsztain para construir un barrio de lujo en la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors.
En este contexto, son varios los legisladores que coincidieron ante LPO en que este año electoral la actividad legislativa será escasa y en que el recinto será utilizado como ayer para una pelea con olor a campaña.
Para colmo, el PRO tampoco tiene por el momento el apoyo del resto de la oposición: aún no logró convencer a los dos diputados radicales, a los tres del bloque Buenos Aires para Todos y a los siete de Proyecto Sur. Sólo recibió buenas señales del bloque de la Coalición Cívica, de tres legisladores. Si el PRO sumara a todos estos bloques, no necesitaría de los votos kirchneristas.
El problema para el PRO no termina allí ya que también tiene diferencias dentro de su propio bloque. Como pudo saber LPO, el legislador Martín Ocampo, pegó el grito en el cielo cuando se enteró de que Weinberg se reunió a solas con el bloque de legisladores de Pino Solanas.
Ocampo responde al presidente de Boca, Daniel “El Tano” Angelici, que no quería a Weinberg de Roca en el Tribunal y proponía en su lugar al camarista Esteban Centanaro.