La sorpresiva decisión del Gobierno nacional de acelerar el traspaso del servicio de subterráneos a la Ciudad también tomó por sorpresa al histórico operador de la red, el cordobés Grupo Roggio. Es que en las primeras reuniones entre los funcionarios nacionales y porteños quedó claro que la intención de ambas administraciones es renegociar el contrato de concesión con la empresa Metrovías aunque desde el macrismo ya hicieron saber que prefieren que Roggio se aleje de las operaciones a partir de 2017, cuando se vence el contrato de concesión. Claro que para ese entonces ya habrían pasado dos años del final del segundo mandato de Macri.

Como sea al presidente de Subterráneos de Buenos Aires, Juan Pablo Piccardo, ya adelantó que “hay que negociar el contrato con Metrovías, que está suspendido por la emergencia económica”.

El acuerdo con Metrovías, que Roggio controla en un 90 por ciento, finaliza en 2017 pero el propio Piccardo dijo públicamente que “no hay necesidad de extender el plazo” a pesar de que el pliego de licitación prevé extensiones por diez años.

Como primer paso, para el traslado a la Ciudad, el contrato debe salir de la órbita de la Unidad de Revisión y Renegociación de Contratos (UNIREN) ya que está prácticamente suspendido por la Ley de Emergencia Económica de 2002. Pero una vez que comience la renegociación desde la Ciudad aseguran que buscarán un contrato “a la medida de lo que necesitan los pasajeros”.

“Hoy el contrato prácticamente no tiene en cuenta la mejora del servicio ni la maximización de frecuencias. Tenemos que ir a un contrato que en lo que lo principal no sea un reclamo de subsidios”, dijeron a LPO fuentes del gobierno porteño.

Ese último dato no es menor. Hoy el gobierno nacional gira en concepto de subsidios unos 800 millones de pesos anuales que le permiten a Metrovías congelar el boleto a $1,10. El mismo Mauricio Macri advirtió que sin esos fondos el pasaje podría irse a $3,40 aunque en el Gobierno porteño quieren acotar la posibilidad de hacerse cargo de esos dineros.

No obstante, la posibilidad de que se corte la concesión de Metrovías en los próximos meses está desestimada. “Sería muy complicado. Además de los problemas legales tendríamos que hacernos cargo de una nueva licitación o directamente del servicio”, confiaron las fuentes porteñas.

Pero una eventual estatización del servicio a partir de 2017 no está descartada. “Es un tema que se puede evaluar”, confiaron desde el CGBA. De ser así, Macri repetiría, por caso, el modelo que aplica en Nueva York donde la mayor red de subterráneos es controlada por una agencia estatal.