“No sabemos quién va a gobernar la Argentina en el 2011, ni quiénes serán los opositores. Lo que importa es que hay cosas que todos los que estamos aquí, y seguramente muchos más, vamos a apoyar”. Lo dijo Rodolfo Terragno, ayer.

Y, por cierto, son contados con los dedos de una mano los políticos capaces de una sentencia de ese tipo, despojada de cualquier interés electoral. Por lo menos, Terragno puede sentirse más respaldado, ya que su frase al cierre del “Encuentro Nacional de Políticas Públicas. Diálogos Democráticos para el Desarrollo Sostenible”, realizado con el aporte activo de la Fundación Alem (radical), la Fundación Argentina Siglo 21 (creada por él), el Instituto Gen (de Margarita Stolbizer), el Movimiento Productivo Argentino (duhaldista) y la Fundación Pensar (PRO).

Terragno hablaba del “Acuerdo de gobernabilidad y políticas públicas”, firmado por María Eugenia Estenssoro (CC), Jaime Linares y Margarita Stolbizer (GEN), Eduardo Amadeo, Carlos Brown, Eduardo Duhalde, Hilda González de Duhalde, Ramón Puerta, Felipe Solá (Peronismo Federal), Oscar Aguad, Ricardo Alfonsín, Eugenio Artaza, Oscar Castillo, Daniel Katz, Gerardo Morales, Ricardo Gil Lavedra, Rodolfo Terragno, Ernesto Sanz, Hipólito Solari Yrigoyen (UCR) y Hermes Binner (PS). Todos, en estricto orden alfabético.

El acuerdo consta de cinco cláusulas. De gobernabilidad: “El Poder Ejecutivo y la fuerza mayoritaria del Congreso, pertenezcan o no al mismo partido, aceptarán que los derechos de las mayoría no son absolutos, y que es deber de sus representantes promover el diálogo”. De estado de derecho: “Se respetarán, de manera rigurosa, la división de poderes”. De Seguridad Jurídica: los actos jurídicos “no serán alterados mediante actos administrativos o leyes de efecto reatroactivo”. De transparencia: la claúsula anterior “no implicará cohonestar contratos que pudieran estar viciados de ilegalidad”. De agenda común: constitución de equipos técnicos para cumplir con “el desarrollo productivo, federalismo económico, pleno empleo, aumento del poder adquisitivo del salario, erradicación de la pobreza, educación masiva de calidad, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción”.

Pero, tal como lo dijo el propio Terragno en su cierre “durante la jornada que tuvimos, (donde se discutió la matriz energética y la infraestructura para la Argentina productiva, los jóvenes y las políticas públicas, la seguridad ciudadana como garantía institucional, la política económica con inclusión social y la oportunidad histórica de la Argentina para alimentar el mundo), avanzamos en las coincidencias interpartidarias, lo que me permite ser optimista con el futuro”.

“Es que la ignorancia cumple un papel muy importante en las decisiones de Estado”, dijo Terragno. Y puso como ejemplo el conflicto con el campo, “donde se vio a decenas de dirigentes que desconocían de plano la era de la revolución tecnológica que se había operado en el campo argentino, y el Gobierno nacional creyó que le estaba declarando la guerra a Patrón Costas y terminó peleándose con De Angelis”.

En el cierre, también habló Matteo Goretti, en nombre de la macrista Fundación Pensar, quien resaltó que “estas cinco instituciones que empezamos a desarrollar un trabajo conjunto, pensamos diferente en muchas cosas, pero aprendimos de la Mesa de Enlace cómo construir desde los acuerdos, sin olvidar los disensos”.

Carlos Brown, del MPA, destacó que “no hicimos ningún acuerdo electoral, no puede haber confusión en torno a esto, lo que estamos construyendo es un diálogo democrático fecundo, raro, pero posible y cierto”. Y Roberto Mionis, del I-GEN, que dijo que “somos un partido de izquierda”, reconoció que “no es tan sencillo confluir en un espacio de este tipo, con historias distintas, y generar una síntesis , sin embargo, se está logrando”.

Satisfechos, todos dejaron el salón más grande del Sheraton Libertador donde se realizó la jornada, que estuvo lleno durante buena parte del día, para escuchar a Alieto Guadagni, Sergio Bergman, Eugenio Burzaco, Alberto Iribarne, Federico Sturzenegger, Jorge Todesca y Gerónimo Venegas, entre otros. Sólo al volver a sus hogares, se enteraron de que en Villa Lugano y una decena de territorios del Conurbano, los consensos todavía tienen que librar duras peleas con la realidad.