Los documentos con información reservada de la diplomacia estadounidense revelados por la página Wikileaks y que fueron difundidos por distintos periódicos del mundo, también salpicaron a los funcionarios del Gobierno argentino.

Uno de los cables difundidos hoy vincula al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, con el espionaje a dirigentes de la oposición y con el narcotráfico. Y quien es señalado como informante de la Embajada estadounidense es el Fiscal General ante la Cámara Nacional de Casación Penal, Raúl Pleé.

Pleé es, además, desde 2006, el titular la Unidad Fiscal para la Investigación de los delitos de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo y es el receptor de todas las denuncias por lavados de activos que hace la Unidad de Información Financiera desde el 2011.

Este abogado y docente de 67 años especialista en Derecho Penal y Ciencias Penales hizo su ingreso a la Justicia en 1972 como auxiliar en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal de Instrucción 21.

En 1985 fue nombrado como Juez Nacional de Primera Instancia en lo Penal Económico y en 1988 fue declarado como Fiscal ante Cámara Federal de Apelaciones de San Martín.

Consustanciado en su función al frente de la unidad que estudia el lavado, forma parte del consejo directivo de la Fundación Argentina para el Estudio y Análisis sobre la Prevención del Lavado de Activos y Financiación del Terrorismo (FAPLA)

Además, participó en diversos seminarios en el exterior sobre crimen organizado y es un especialista en lo que concerniente a Ley Penal Tributaria.

Mirado con recelo desde el oficialismo –en los pasillos Tribunales se lo acusa de “proteger” a represores de la Dictadura y de “jugar para la derecha”, Pleé, todos modos, vició su primavera mediática por su participación en el juicio a la banda de rock Callejeros.