Por Simón Rifkin22/12/2009
El gobierno Argentino anunció que estaba dispuesto a destinar más de 6.500 millones de dólares para el pago de la deuda externa, mediante la creación de un Fondo del Bicentenario. El dinero provendrá del “exceso de reservas”; estas que exceden la base monetaria actual. De acuerdo al Ministro de Economía, las mismas superan los 18 mil millones de dólares.
Este movimiento es muy favorable para los bonos de vencimientos más próximos ya que se espera que el fondo opere rescatando deuda de corto plazo anticipadamente. Sin duda uno de los principales títulos para sacar del mercado será el Boden 2012 que presenta vencimientos el próximo año; aunque existen otros con peores precios que convendría rescatar antes.
Según las palabras del ministro de Economía, Amado Boudou, no se utilizarán estos fondos para la deuda con el Club de París (aunque llamativamente las cifras son muy similares). Argentina esta buscando refinanciar esta deuda sin la necesidad de pasar por FMI, algo que por ahora es muy resistido por los países miembro.
Los motivos del Ejecutivo para justificar la noticia son que las reservas rinden menos que las tasas a las que se tiene que financiar el Estado. Este argumento es absurdo desde lo financiero ya que el Estado se financia con objetivos distintos a los que invierte el Banco Central; por lo que es completamente lógico que las tasas sean distintas. A esto hay que sumarle que va en contra de la carta orgánica de la entidad.
Qué dijo el mercado
Al mercado no lo sorprendió demasiado esta noticia, ya que uno de los escenarios posibles para poder pagar las deudas era la alternativa que al final se tomo. Tal vez fue más sorprendente que desde un Gobierno progresista hayan anunciado una medida tan liberal como esta con bombos y platillos donde los únicos beneficiados son los tenedores de bonos externos y no la población argentina.
De esta manera la noticia fue tomada con cierto escepticismo ya que desde la city preferían que el Ejecutivo normalice la situación financiera internacional arreglando con el Club de Paris, volviendo al FMI y normalizando el INDEC. De cualquier manera fue bien visto la voluntad de pagar la deuda; aunque sea con reservas.
Soluciones de corto plazo
Si bien esta noticia es buena para los bonos, es muy negativo desde el punto de vista macroeconómico. Esta medida puede impulsar un deficiente manejo de la deuda ya que permitirá al gobierno no arreglar las cuentas públicas y tener que frenar la suba del gasto de los últimos años.
Esta medida es muy peligrosa ya que si Cristina Kirchner considera al Banco Central como una fuente permanente de fondos, podemos llegar a caer en mayores problemas inflacionarios y un mayor debilitamiento económico en el largo plazo.
Con esta medida no hay dudas de que se podrá cerrar la brecha financiera para el 2010, aunque el panorama más allá del 2011 luce poco alentador. La sustentabilidad fiscal de largo plazo, todavía luce muy comprometida ya que no se van a generar los cambios necesarios para consolidar la economía.
Con medidas como ésta o como la nacionalización de las AFJP nos estamos, literalmente, consumiendo las reservas y pagando gasto corriente con estas. No hay que ser un economista de Harvard para entender que si uno paga sus gastos corrientes con sus ahorros; en algún momento estos se van a acabar y no tendremos cómo pagarlos. Por eso uno tiene que generar mayores ingresos o reducir sus gastos.
Este razonamiento tan simple es el que Kirschner no esta queriendo ver y continua con su política de expansión del gasto. A diferencia de la presidencia de Néstor, que se hacia con mayores ingresos, durante el mandato de Cristina se está pagando con ahorros. De esta forma la pareja presidencial están pasando el problema al próximo gobierno.
El riesgo más cercano es un posible brote inflacionario por el fuerte debilitamiento de las cuentas del Central.
En realidad no son 18 mil millones lo que tiene el BCRA sobre la base monetaria; ya que dentro de las reservas se esta contando con los encajes en dólares de los banco (que no es más que deuda que tiene el Central con los ahorristas en dólares) y también los préstamos otorgados por el Banco Internacional de Basilea (otra deuda del organismo dirigido por Martín Redrado).
Por otro lado, también las Lebacs y Nobacs que son bonos que emite el Central para esterilizar la base monetaria sacando dinero de la economía. Si sumamos todos esto y contabilizamos correctamente las cuentas del BCRA; es muy probable que termine el 2010 con resultado “real” negativo.