“Estaremos donde haga falta”, dijo Pablo Bruera, intendente de La Plata en un acto junto a Cristina Kirchner, Daniel Scioli y Amado Boudou.

Y con esa sola frase, el jefe municipal que encabeza la rebelión a las “candidaturas testimoniales”, parece ir cediendo en su postura. Sugestivamente lo hace en el mismo momento en que anuncia el lanzamiento de un bono por $60 millones para hacer obras infraestructura con fondos de la Anses.

Bruera despertó la furia en la Casa Rosada porque promovió a su hermano Gabriel como candidato para evitar engrosar la lista de los "testimoniales" en la provincia. Y su negativa diplomática sentó la base para que Gustavo Pulti de Mar del Plata y Cristian Breitenstein de Bahía Blanca se sumaran a la cruzada. Tres  políticos claves para la elecció porque mantienen una altísima imagen positiva en distritos con gran densidad de población. La presión del kirchnerismo es cada vez más fuerte.