La CGT va por más, ya no presiona sólo por los puestos en las listas de diputados para las próximas elecciones, sino que ahora quieren ocupar cargos en el Ejecutivo. Pero no cualquiera, el de Carlos Tomado, ministro de Trabajo, y el de Graciela Ocaña, ministra de Salud, con quien el líder sindical, Hugo Moyano está abiertamente enfrentado.

Según el diario Clarín, la mayoría de los sindicalistas ya se resigna a que la representación gremial volverá a ser poco más que simbólica en el próximo Congreso. Lo que sí reclaman con énfasis es mayor poder político. "Si nosotros hemos bancado este proyecto como nadie y hoy somos uno de los principales sostenes del Gobierno, tenemos que tener representación en dónde se toman las decisiones que afectan a los trabajadores", explicó a Clarín un gremialista que integra el consejo directivo de la central obrera. Y puso un ejemplo concreto: "Si (Graciela) Ocaña se va, se nos debería consultar para la designación del próximo ministro". La salida de la ministra de Salud es un anhelo que no ocultan Hugo Moyano y sus hombres más cercanos.

Así mismo, muchos de los gremios "gordos" e independientes tampoco disimulan su escasa simpatía por la movilización que organiza Moyano para el 30 de abril. No sólo porque la ven como un acto "por y para el camionero", que será el único orador. "Tener uno o dos diputados más en las listas nunca fue un objetivo del sindicalismo. Queremos una reunión de mesa chica para que se aclare cuál es el sentido final del acto", contó un sindicalista. Si sirve al kirchnerismo, algunos gremialistas quieren negociar cuál será la contraparte y piensan en eso lugares de decisión política en el Ejecutivo. "Y si sale mal y termina a los botellazos, ¿quién paga el costo político?", se preguntan.

Todos estos son temas que se hablan por lo bajo. Ayer, en la reunión del Consejo directivo, los temas fueron otros. Los mecánicos de SMATA hablaron de las suspensiones rotativas. Los gremios portuarios y marítimos, de la caída de la actividad relacionada con el comercio exterior. Petroleros, textiles, autopartistas, trabajadores del caucho y ceramistas repitieron un panorama desalentador. "Preocupación", fue la palabra que más se escuchó.

"Hasta el mes pasado teníamos indicios y pensábamos que la caída podía detenerse y comenzar un repunte. Ahora tenemos datos concretos de que la crisis se está profundizando", contó a Clarín uno de los dirigentes gremiales que participó de la reunión.

Un informe de la consultora Tendencias Económicas detectó en marzo 20.362 despidos y 54.514 suspensiones.

"Hay cada vez más suspendidos que están cobrando el 75 por ciento de su salario. Si eso ya preocupa, cuando se extiende en el tiempo, el trabajador ya empieza a sospechar que lo que sigue es el despido", contó otro peso pesado de la conducción cegetista.

El propio líder de la CGT, Moyano, habló de "preocupación" e "intranquilidad" antes de ingresar a la reunión de ayer. "Uno se da cuenta de que a los economistas liberales, y también a los no liberales, se le quemaron los papeles, porque nadie sabe cuál es el techo y cual es la duración de esta crisis", admitió.

Por eso, en el cónclave de la calle Azopardo se acordó que Moyano le pida una reunión a la Presidenta para llevarle estas inquietudes y algunas sugerencias .