Cuando la empresa "Mar del Plata Aquarium" cerró sus instalaciones al público en el año 2003, vendió los cetáceos que poseía, importados de Cuba y Rusia, al conglomerado de Zoológicos y Parques de Diversiones de origen español denominado "Parques Reunidos".

Actualmente, el oceanario argentino piensa reabrir sus puertas y, para ello logró la autorización de importación por parte de la Dirección de Fauna Silvestre Nacional dependiente de la Secretaria de Ambiente de la Nación, y de la Subsecretaria de Actividades Pesqueras de la Provincia de Buenos Aires, para la introducción en el país de nueve delfines nariz de botella de origen salvaje provenientes del Acuario Nacional de Cuba. Dicha importación se consumaría en los próximos días.

Según Enrique Matías Viale, presidente de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas y apoderado legal de la Fundación Fauna Argentina, la información que recibieron es diferente. En diálogo con La Política On Line afimó: "Se trataría de una triangulación, donde los animales entrenarían en nuestro país y luego se reenviarían al grupo español ‘Parque reunidos’, con lo cual se evitarían los controles de la Comunidad Económica Europea (CCE), que son muy rígidos".

"Nosotros sabemos que los delfines llegan a la Argentina y nos enteramos que un entrenador español esta aquí. La idea es que para este verano estén entrenados para hacer shows en la costa. Una vez que logren este entrenamiento serán reexportados a Europa y se evitan lo siguiente: Cuba esta muy mal visto en el comercio internacional de fauna. México ha prohibido por ejemplo que ingresen animales de Cuba porque los sacan directamente del agua. Entonces, con esta triangulación se evitan un control más excesivo de la Comunidad Económica Europea (CEE) y te diría la anulación del proceso, porque a Cuba no se los pueden comprar", remarcó el abogado sobre este punto.

Viale indicó que los animales en cuestión se encuentran dentro del Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) ratificada por la República Argentina por la ley 22.344 del año 1980, conformada por animales que pueden encontrarse en peligro de extinción si no se controla y vigila su comercio internacional.

"Por ello las autoridades deben observar con recelo las autorizaciones de importación de ejemplares salvajes como el tema que nos ocupa. Desde la apertura de Oceanarios en la Argentina el gobierno nacional y el provincial han sido complacientes con las peticiones de estos establecimientos", afirmó el abogado.

Viale señaló también que por esta falta de controles "tenemos animales que se encuentran en ‘rehabilitación’ hace mas de 10 años, incontables animales muertos, capturas encubiertas, violaciones sistemáticas a las reglamentaciones todo ello ante la actitud, por lo menos omisiva, de las autoridades nacionales y provinciales".

Los lobos marinos

En 2004, once lobos marinos llegaron al oceanario Aquarium de Mar del Plata, y hasta el día de hoy siguen allí para su rehabilitación: "Estos lobos marinos son argentinos, fueron sacados de mares argentinos. Lo que hace tanto Mar del Plata Aquarium como Mundo Marino es ir a rescatar supuestamente a lobos marinos para su rehabilitación del mar, con la idea de que vuelvan a su hábitat natural. Una vez que los llevan al oceanario ese animal va a ser entrenado y nunca más recuperará su libertad, y se dedicará a animar los show que todos disfrutan con su familia."

"Nosotros tenemos dos reglamentaciones importantes. El reglamento del Oceanario Nacional que es la resolución 351 del año 1995 de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. La Nación lo que hace es reglamentar el comercio ínter jurisdiccional y el transito internacional de mamíferos vivos, y luego esta el reglamento provincial que establece como debe ser el oceanario, que profundidad debe tener, etc. Y una de las normas del reglamento de la provincia es que ningún animal que ingrese para su rehabilitación puede ser exhibido ni usado en un show, y su único destino es su liberación posterior", resaltó Viale sobre este punto.

Básicamente, las operaciones que detectó Viale y las autoridades de la Fundación Fauna Argentina - Juan y Julio Lorenzani-, consiste en importar desde Cuba animales marinos para entrenarlos en el país y luego revenderlos a precios que pueden llegar a ser tres veces mayor. "La última operación que se conoció fue la llegada de cinco delfines que iban a ser nueve inicialmente dos semanas atrás. Cada uno de ellos habrá costado unos 30 mil dólares desde Cuba y será revendido a España arriba de los 80 mil dólares", aclaró Viale.

Otra de las operaciones, es salir a la caza de lobos marinos en mar argentino con el pretexto de que serán luego ingresados en el oceanario para rehabilitación. Luego, estos animales servirán como materia prima para los show.

Más allá de las criticas a las empresas responsables, Viale resaltó: "Quiero dejar en claro. Nosotros no tenemos diálogo con las empresas, pero no nos preocupan, porque sabemos que ellas tratarán de sacar el máximo lucro posible. Nos importa el Estado nacional y provincial, la falta de control o que es lo que sucede que están autorizando un comercio que es ilegitimo, cargado de irregularidades.Queremos saber porque el Estado hasta de manera sospechosa ha sido complaciente con estas operaciones y siempre han mirado para otro lado".

Respecto a la operación de la semana pasada del ingreso de cinco delfines, la subsecretaria de Pesca de la Provincia de Buenos Aires le comunicó a Viale que no tenían conocimiento del ingreso efectivo a Mar del Plata de esos animales. "La primer medida es que cuando un animal ingresa al país, un inspector de la Subsecretaria tiene que estar controlando que todo este bien. Si ya empezaron asi, con el ingreso de animales y sin conocimiento, imagínate lo que sigue", remarcó el abogado ambientalista.

Viale señaló además que "la empresa Mar del Plata Aquarium posee graves antecedentes en la importación de animales. Las dos últimas muertes ocurrieron en tránsito producto de una importación desde Rusia en noviembre de 1999, quedando al descubierto las pésimas condiciones de traslado de los ejemplares".

Agregó que "de un informe realizado por el SENASA se desprende que los dos ejemplares (un macho y una hembra preñada) viajaban en una misma bachaza, siendo un factor determinante en los decesos el stress provocado por el prolongado viaje (50 horas aproximadamente). En el macho, previa necropsia, se observo que las vías aéreas superiores mostraban presencia de espuma; los pulmones se encontraban congestionados con importante cantidad de sangre, como así también las cavidades toráxica y abdominal, lo que sugieren una asfixia por inmersión".

"Asimismo la vida en cautiverio en los cetáceos provoca, entre otros efectos, daños cerebrales, úlceras, stress, síntomas de degeneracióncomo por ejemplo peso cerebral reducido, comportamiento vocal disminución o nulo, pérdida del apetito, desocialización, etc., sin contar con otras serias consecuencias como la privación de adquirir el

conocimiento acerca de cómo cuidar sus crías y las distorsiones sonoras provocadas por la falta de sonidos naturales de su propio ambiente", concluyó el abogado.