La revista Noticias publica en su edición de esta semana una nota verdaderamente impactante, donde por primera vez logra que hable un presunto colaborador de la inteligencia del kirchnerismo, llamado Ariel Garbarz, quien revela asombrosos detalles de como se maneja la SIDE en el país y cuales son los requerimientos que exige este gobierno que rayan la ilegalidad.
En un extenso reportaje – que incluye fotos de su rostro al descubierto – Garvarz denuncia que hay 48 mil líneas de telefonos pinchadas, da detalles de cómo se monitorea a los opositores Mauricio Macri, Elisa Carrió y Roberto Lavagna y hasta al mismo gobernador kirchnerista Felipe Solá, y asegura que el ministro de Obras Públicas, Julio de Vido, propuso pagarle de forma irregular nombrando empleados "ñoquis".
Además, revela una sugerente frase que le habría lanzado el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que lo acusó por divulgar telefonos de gente que protege el gobierno: "Empezamos mal. Te va a llamar alguien del Batallón 601 del Ejército para ver la tecnología que usás".
"A ver...Porque estoy enojado con el entorno del Presidente. Yo lo voté, al principio creo que apoyaba nuestro proyecto en la UBA. Pero está rodeado de autoritarios y de corruptos, de gente que se cree que te puede patotear", lanzó Garbarz casi al final del reportaje en el cual admitió que lo amenazaron de muerte.
Un adelanto de la nota de Franco Lindner:
Van sólo tres minutos de entrevista. Ariel Garbarz se detiene en mitad de una frase, hace un silencio misterioso y pregunta: "¿Vos apagaste tu celular? El mío está protegido, pero el tuyo, no sé...". El periodista obedece. Y él explica en voz baja: "Si está prendido, lo pueden transformar en micrófono y escuchar todo lo que estamos hablando. Ésa es la última moda, ya le pasó a varios funcionarios".
Garbarz no es paranoico, sino ingeniero eléctrico, director del Proyecto Nacional de Teleinformática de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y viejo conocido de los espías de la SIDE, a los que asesoró en tiempos de Fernando De la Rúa y ahora volvió a frecuentar desde que Néstor Kirchner ocupa el poder. Trabaja con ellos y sabe de lo que son capaces. Y por primera vez está dispuesto a contarlo a lo largo de tres horas de reportaje. Dirá que hay 48.000 líneas pinchadas de manera ilegal y que la Secretaría de Inteligencia intervino los teléfonos de la Cámara de Diputados y la Legislatura porteña. Mostrará los peritajes técnicos que lo demuestran. Detallará los casos de espionaje contra Mauricio Macri, Elisa Carrió y Roberto Lavagna en sus épocas de ministro de Economía. Explicará que José Francisco Larcher, apodado "Paco", es el verdadero jefe de los agentes K pese a figurar como segundo en los papeles. Y por último, jurará que el ministro de Planificación, Julio De Vido, propuso pagarle por su trabajo en forma irregular, mediante el nombramiento de empleados "ñoquis", y que tras su negativa fue amenazado de muerte.
¿Por qué decidió contar los secretos de un gobierno para el que todavía trabaja? El arrepentido del espionaje K asegura no temerles a las represalias que pueda ocasionarle esta entrevista. "La indignación me llevó a un punto donde eso ya no importa", dice.
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