Todo sigue igual en el Indec. Pese a los cambios de nombres y la remoción de la cúpula dirigencial, la presencia de la interventora Beatriz Paglieri continúa haciendo estragos en el edificio y plagando de dudas todos y cada uno de los índices que allí se publican.

Lo último aconteció el pasado lunes, cuando llamativamente los técnicos que trabajan en IPC Nacional sufrieron un bloqueo a sus computadores, cortando todo acceso a información crítica la cual se utiliza para medir la inflación, la cual horas después debía ser publicada. ¿El resultado? Un poco creíble 0,5 de inflación.

Fuentes del organismo hablaron hoy con La Política Online y explicaron con detalle lo sucedido, lo cual ya fue denunciado por escrito por la Junta de ATE a la directora del INDEC, Ana María Edwin, al ministro de Economía, Miguel Peirano, al secretario de Política Económica, Oscar Tangelson, y al fiscal Manuel Garrido.

Lo que ocurrió el pasado 6 de agosto fue que al llegar a sus oficinas, los empleados de IPC Nacional, al intentar acceder a sus máquinas, notaron que tenían el ingreso bloqueado.

Inmediatamente, se dirigieron a la oficina de Paglieri, relacionada estrechamente con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien sin prestar mucha atención se arrojó ella misma la responsabilidad de esa decisión, argumentando que lo había ordenado porque ese sector del Indec "estaba de paro" y que "no sabía que tareas estaban haciendo". La realidad es que pese a encontrarse en constante movilización por el atropello que vive el ente estadístico, siempre los trabajadores acudieron a sus oficinas.

Aquí es donde las conjeturas empezaron a asomar, puesto que esa misma tarde se anunciaba la inflación correspondiente al mes de julio, por lo cual la suspicacia apuntó a que tal vez se esperaba que estos técnicos no tengan conocimiento de que datos se tomaron para llegar a ese cuestionado 0,5. "Nos dijo que por la tarde iba a recomponer la situación, pero hoy es jueves y seguimos sin máquinas", dijo una empleada a La Política Online.

Lo curioso, es que acostumbrada ya a nombramientos turbios, Paglieri decidió que todo el trabajo de ese sector –compuesto de doce personas- recaiga en una sola, Gabriela Sacks.

Consultada la fuente sobre esta empleada, dijo que es sólo "una empleada rasa que supo acomodarse a la actualidad de lo que se vive hoy en el Indec, no participando de las movilizaciones y por eso beneficiada con horas extras y algún aumento de sueldo".

Pero los temores de estos empleados intervenidos no sólo quedan en este atropello, sino que incluso temen que Paglieri avance y decida dejarlos sin trabajo, ya que pese a tener varios años trabajando en el Indec están con contratos de prestación de servicios y podrían no renovárselos.

No es casualidad que se haya apuntado justamente a este sector. La principal preocupación que hoy cunde en el Indec es la gran diferencia que surge del Indice inflacionario de la capital con el de las provincias. Por eso esta vez decidieron cargar los cañones justamente en el IPC Nacional.

Por citar un caso, el IPC de Capital y GBA acumula entre enero y julio un alza del 4,4 por ciento. En cambio, el de Mendoza estaría superando el 12, según explicó el periodista Ismael Bermúdez en su nota de hoy en Clarín. Esto dato deja al desnudo la fuerte manipulación que viven los datos porteños, ya que para Mendoza se siguen elaborando los índices con la metodología tradicional.

El otro sector que señala el periodista de Clarín como en estado crítica es el de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), donde hace poco fue destituida de su cargo arbitrariamente quien era responsable de esa área, Cynthia Pok.

El martes, también según denuncias de técnicos de la EPH, el jefe de Personal del Indec, Roberto Martínez, y Fernando Cantatore, director de Informática del organismo, desarmaron la computadora de Beatriz Ponce, coordinadora de campo de la EPH, con el objetivo de copiar los archivos del segundo trimestre, para que alguien ajeno al equipo procese los datos para llegar a la fecha de publicación en condiciones de anunciar un índice de empleo y desempleo que satisfaga al gobierno. En el INDEC aseguran que el calendario se cumplirá a rajatabla, explicó Bermudez en su nota.

El conflicto, según denuncias de los técnicos, se acentuó porque habría serias dificultades para que el próximo 22 de agosto el Indec pueda difundir los datos de ocupación y desocupación del segundo trimestre de 2007, y el 24 las cifras de inflación de todo el país del mes pasado. Por eso la interventora cuestionada por la justicia apuntó sin miramientos a estos dos sectores clave.