Cristian Ritondo recibirá este martes en el ministerio de Seguridad a un grupo de diputados provinciales que se acercarán con preguntas sobre el rol del jefe de La Bonaernese, Pablo Bressi, acusado por Elisa Carrió de tener nexos con el narcotráfico.

El encuentro surgió de la última sesión de la Cámara Baja cuando diputados de la oposición presionaron al oficialismo con tres pedidos de informes.

En la previa a la sesión se buscó una negociación que permitiera esquivar esas iniciativas. El acuerdo fue dejar correr sólo la iniciativa del sciolista Rodolfo ‘Manino’ Iriart, con la condición de que no hable en el recinto, y propiciar además un encuentro con Ritondo en el ministerio de Seguridad.

Sin embargo, el oficialismo no pudo evitar la presión de Marcelo ‘Oso’ Díaz (GEN), Fernando ‘Chino’ Navarro (FpV-PJ) y algunos legisladores de Sergio Massa que forzaron un cuarto intermedio y apuraron al oficialismo para que el ministro de Seguridad explique la situación de Bressi en la Legislatura.

Esa movida generó algunas tensiones en la alianza entre el Frente Renovador y Cambiemos. Los representantes de Vidal intentaron evitar que el ministro tenga que dar explicaciones sobre Bressi en el ámbito legislativo. Las negociaciones más frenéticas se dieron en el cuarto intermedio.

Finalmente se acordó mantener la reunión de mañana y avanzar con otro encuentro entre Ritondo y los diputados tras el receso invernal, un cónclave que podría realizarse en el despacho del ministro de Gobierno, Federico Salvai, y que exceda la situación de Bressi para enfocarlo en una discusión global sobre Seguridad.

Las denuncias de Elisa Carrió al jefe de La Bonaerense está colocando a Ritondo en un lugar incómodo. La diputada vinculó a Bressi con sectores del narcotráfico y aseguró que le había contado de la situación a Vidal, algo que fue negado por la Gobernadora, quien a su vez pidió “pruebas” para demostrar esa relación.

Pero Carrió se despachó con una explosiva carta en Facebook en la que enumeró una serie de causas judiciales e informes periodísticos, ratificando sus dichos contra el jefe policial.

En ese marco, aseguró que el jefe policial “trasladó una forma de trabajo que ya venía implementando desde su época como Superintendente de Drogas Ilícitas de la Policía y que consistía en arreglar con grandes narcos para liberar zonas de venta, a cambio de una suma de dinero estipulada y de que de vez en cuando entregasen un 'laburo armado', es decir un lugar con mucha droga con una persona dentro a quien se la pudiera hacer responsable de lo que se encontraba”.