Luego de la muerte de un obrero en el derrumbe de una obra en el centro de Avellaneda, empiezan a aparecer datos que sugieren la connivencia entre Jorge Ferraresi y las empresas constructoras.

Se esperan por los peritajes del siniestro, ocurrido hace dos semanas sobre Güemes al 1000, a metros del shooping Alto Avellaneda y a dos cuadras de la municipalidad.

En tanto, en la oposición acusan al intendente ultra K de hacer la vista gorda en las irregularidades de los planos y medidas de seguridad de las obras en construcción.

Un sector del massismo, liderado por el edil José Alessi, presentó en la última sesión del Concejo un pedido de informes sobre el derrumbe, pero el FPV lo descartó y lo mandó a comisión, con el argumento de que el tema está judicializado.

“Tranquilamente nos podrían haber dicho si la obra estaba habilitada o en condiciones, pero prefirieron no tratar el pedido sobre tablas y mandarlo a comisión”, se quejó Alessi.

Otro dirigente de la oposición advirtió: “Ferrresi utiliza los recursos del Estado para armar su propio aparato. Necesita recaudar y es muy preocupante que lo haga a cambio de darle vía libre a las constructoras para que operen como que quieran. Esta vez le tocó a un obrero, la próxima pueden ser muchos más”.

En la causa interviene la unidad funcional de instrucción 3 del departamento judicial de Avellaneda, dependiente de los tribunales de Lomas de Zamora. La obra fue clausurada por el municipio tras el derrumbe.

En tanto, desde la comuna se niegan a detallar cómo fue aprobada la obra, qué controles hubo en la etapa previa y durante los trabajos, y cómo fue que el operario fallecido terminó una hora atrapado entre los escombros.

En el distrito sostienen que Ferraresi sigue sin expresar solidaridad con la familia de la víctima y los heridos, mientras que sectores de la oposición piden la revisión de todas las obras en curso y garantizar verificaciones periódicas.

Si bien luego del derrumbe se informó que ninguno de los heridos corría peligro, dos días después terminó muriendo uno de los obreros, rescatado de entre los fierros y el cemento y trasladado al Hospital Fiorito.

El jefe de Defensa Civil de Avellaneda, Juan Santos, había asegurado que “se mantenía con signos vitales visibles, respondía a lo que se le decía y razonaba”, pero sufría problemas abdominales, en la ingle, en la cadera y en la clavícula, por lo que fue operado de urgencia. El director asociado del hospital, Eduardo Funes, confirmó luego el deceso del hombre.

En septiembre pasado, otro obrero murió en Avellaneda tras el desprendimiento de una columna de iluminación que se preparaba para una teleconferencia entre el Ferraresi y la ex presidenta Cristina Kirchner, por la reinauguración del Teatro Roma.