José Manuel de la Sota sorprendió ayer al elogiar a Olga Riutort, su ex esposa, y sugerirla como posible candidata a intendente por el peronismo para el 2015.

De la Sota y Riutort se divorciaron en noviembre de 2004, poniendo fin a una larga relación nacida en los ascensores de la Cámara de Diputados, cuando él representaba a Córdoba y ella a San Juan. Se habían casado el 28 de diciembre de 1989.

El matrimonio político tuvo su punto de mayor éxito en 1998, cuando ella limó las diferencias entre De la Sota y Carlos Menem, para que el entonces presidente apoye, en todo sentido, la tercera candidatura a gobernador del cordobés. El 20 de diciembre, aliado a la Ucedé menemista, De la Sota venció a Ramón Mestre y llegó a la Gobernación.

Riutort fue a parar a la estratégica Secretaría General de la Gobernación y, aunque preferiría olvidarlo, cogobernó la Municipalidad de Córdoba bajo la malograda gestión del ucedeísta Germán Kammerath.

Al divorciarse, Riutort tenía una muy mala imagen en la opinión pública de alrededor del 70 por ciento.

Pero De la Sota cometió con ella un error parecido al que alimentó en 2002 a Luis Juez. En aquella época el electorado de la ciudad de Córdoba, a diferencia del interior, rechazaba a De la Sota, por lo que todo lo que éste atacaba, crecía. 

Pasó con Juez, que llegó a la Intendencia en 2003, y más lentamente con Riutort, que comenzó a convertirse en la despechada mujer que debía trabajar por sí misma.

De la Sota la desplazó de la conducción del Partido Justicialista de Capital. En 2007, Riutort enfrentó en la interna para candidato a intendente al oficialista Roberto Chuit, pero perdió y tras denunciar fraude se presentó en las elecciones generales con un sello vecinalista. Sorprendentemente salió tercera por delante de Chuit con el 15 por ciento.

Cuatro años después llegó al 27 por ciento, otra vez con la boleta vecinalista, segunda detrás de Ramón Mestre y claramente por delante del candidato del peronismo oficial, el ex basquetbolista Héctor Campana.

Riutort aparece ahora, dañado Mestre, con muchas posibilidades de vencer en la elección capitalina 2015, y más aún si se reunifica el peronismo.

La sanjuanina demostró al peronismo que si bien ella sola no gana, sin ella el peronismo tampoco lo hace. La simbiosis está a la vuelta de la esquina.

Desde hace un tiempo Riutort encontró acceso a sus pedidos en el Ministerio de Desarrollo Social que conduce el delasotista Daniel Passerini, y también eran ya públicos sus acercamientos con el posible candidato a gobernador del PJ para 2015, Juan Schiaretti. Pero hasta ahora no había recibido un elogio público de De la Sota.

“Olga es capaz, competente y con voluntad de trabajo”, dijo el gobernador a la radio Cadena 3, cuando le preguntaron si podía ser candidata a intendente.

De la Sota precisa al peronismo unido para sostener mejor sus aspiraciones nacionales, ya sean presidenciales o de coequiper de otro candidato. Parece que quedan de lado los viejos resentimientos de alcoba para dar lugar a las necesidades políticas.

Riutort es hoy necesaria para De la Sota. En términos políticos mucho más que la actual pareja del gobernador, Adriana Nazario, quien le rechazó ser candidata a intendente de Río Cuarto en 2012, cuando ganó el radical Juan Jure, pese a que De la Sota decía que ella “sería lo mejor” para la capital del sur provincial. 

Los nazaristas la promueven como candidata a gobernadora, pero difícilmente De la Sota ceda el espacio que parece reservado para Schiaretti al costo de parecerse al nepotismo kirchnerista.