La oposición insistió hoy con nuevos pedidos de juicio político a Amado Boudou, pero sigue sin intentar una mayoría que le permita debatirlo en el recinto, donde quedó habilitado por existir dos dictámenes sobre el tema.

Es que en la recordada sesión de la comisión de juicio político el kirchnerismo afirmó que el rechazo “in límine” de los pedidos para llevar al banquillo al vice los mandaba a archivo.

Pero esa opción era imposible y así se lo hicieron saber a los técnicos de la Cámara a los líderes del bloque K.

Por lo tanto, existe un dictamen de mayoría y otro de minoría sobre el juicio político a Boudou listos para ser debatidos cuando una mayoría lo disponga en el recinto. Y pareciera que en la oposición lo desconocen.

Rápido de reflejos, Julián Domínguez instruyó a su bloque que todas las sesiones sean especiales, lo que permite un temario definido a gusto por el oficialismo.

La excusa fue evitar la media hora de preferencias, que le permitiría a todos los bloques despacharse contra el vicepresidente.

Extrañamente, la oposición no advirtió la jugada y en estas semanas presentó varios pedidos de juicio político contra Boudou, proyectos de ley cuyo trámite obligaría a reeditar la caótica reunión de comisión. O sea, volver un paso atrás.

Los nuevos proyectos fueron presentados por la titular de la Comisión de Legislación Penal, Patricia Bullrich y los diputados Federico Pinedo, Eduardo Cáceres, Sergio Bergman, Guillermo Durand Cornejo y Carlos Brown. También por Adrián Pérez, del Frente Renovador de Sergio Massa.

Sin posibilidad de negociar una orden del día, la oposición bien podría convocar a una sesión especial con los dictámenes del juicio político en el temario y comenzar a contar votos.

Al kirchnerismo no le sobra mucho. En las escasas sesiones de este año superó el quórum con unos pocos votos que debería revalidar si se trata de defender a Amado Boudou.

La ausencia del kirchnerismo sería una marca para que todos los diputados que quieren despegarse del caso Boudou y obvian el tema en sus provincias.

El caso más emblemático es el de Martín Insaurralde, todavía diputado del Frente Para la Victoria pero cercano a un acuerdo con Sergio Massa.

Difícil que llegue un apoyo de los diputados de las provincias petroleras que el gobierno hostiga por la nueva ley de hidrocarburos. 

El problema es que tras el duro final del Grupo A, en la oposición no hay quien tenga vocación de “porotear” para ver si es posible llegar a la mitad más uno.

Era la tarea que hizo durante 2010 Patricia Bullrich y Graciela Camaño, pero ahora no están con ganas de volver a intentarla.

De hecho, en las sesiones especiales sobre Ganancias Unen y el Pro las convocaron y obligaron a sumarse al massismo y al peronismo federal, pero nunca llegaron a los 100 diputados.