Las restricciones que el Gobierno implementó a las importaciones tuvieron hoy su primera consecuencia: Renault paró su producción en la planta de la localidad cordobesa Santa Isabel, donde suspendió a 600 empleados.

“No llegaron unos insumos de Francia que venían en un container y se tuvo que parar. Los directivos creen que podrá solucionarse el fin de semana y si no tenemos que reunirnos en lunes”, informó a LPO Leonardo Almada, secretario de prensa de Smata Córdoba.

Los 600 empleados suspendidos seguirán cobrando el 75% de sus salarios y la planta funcionará con los 900 restantes. 

El Gobierno mantiene desde hace 2 años un control exhaustivo de las compras al exterior, una dinámica que inició Guillermo Moreno pidiéndole a cada empresa comprar por el mismo dinero que podía vender.

Por estos días su sucesor Guillermo Costa define por estos días un nuevo esquema en el que las empresas deberán financiarse en el exterior.

En esa transición las importaciones son frenadas sistemáticamente para evitar una caída del dólar, una estrategia que esta semana permitió bajar el tipo de cambio.

Claro que, mientras tanto, muchas empresas pueden sufrir las consecuencias de esta transición y fue el caso de Renault.

La compañía francesa, por si fuera poco, ya venía teniendo problemas logísticos con la entrega de piezas desde Europa, debido a las tormentas de nieve.

En diálogo con LPO el secretario general de Smata, Ricardo Pignarelli, informó que Fiat realizó “suspensiones por un día”, pero la excusa que puso su Ceo Cristiano Rattazzi fue que había “sobre producción”.

“El resto de las terminales están bien. En Toyota y Ford hacen horas extras, Volkswagen viene normal y General Motor está atrás de un proyecto y por eso bajó las ventas. El panorama hoy es bueno, con 100 mil unidades vendidas en febrero”, completó Pignarelli, tal vez el sindicalista que más elogia a Cristina Kirchner.