“Una política pública de integración digital” para garantizar el acceso universal gratuito a la TV por aire ” y el “derecho a la información”. Así se presenta la página web de la Televisión Digital Abierta, el programa por el cual el Gobierno distribuyó miles de decodificadores en todo el país y procuró la creación de canales para transmisión en alta definición.

Sin embargo, en las últimas semanas ese programa oficial pasó a ser un elemento más de propaganda de La Cámpora, la agrupación ultraoficialista que lidera Máximo Kirchner.

La TDA venía siendo manejada por Julio de Vido a través del Ministerio de Planificación. Desde allí, el ministro usaba el programa como una forma de atracción hacia los intendentes y de hecho la entrega de decodificadores era ampliamente difundida por los municipios.

Además, la entrega también se canalizaba vía Anses, ya que los principales beneficiados son los jubilados y familias que cobran algún tipo de plan como la Asignación Universal por Hijo.

Pero, con la llegada de Norberto Berner, La Cámpora puso un pie en Planificación y pasó a controlar la entrega de aparatos. Lo grave es que el reparto ya no se hace por los canales institucionales del Estado sino a través de actos de la agrupación, o sea como una herramienta más de propaganda.

Además, hasta el momento la entrega de los decodificadores se hacía bajo la modalidad de “comodato” a cada familia y cada reparto debía pasar por una auditoría del Ministerio.

LPO pudo acceder a un mail interno de La Cámpora donde se detallan los “Operativos Faltantes TDA” para esta semana donde se detallan actos en Berazategui, Lomas de Zamora y La Matanza con el nombre de cada referente de la agrupación que se hará cargo de la entrega.

La novedad primero puso en alerta a los intendentes del Conurbano pero luego ese estado pasó a furia cuando se enteraron de los actos que La Cámpora está organizando.

Este medio confirmó que tres jefes comunales del sur del Conurbano se comunicaron con la Casa Rosada y les advirtieron que no recibirán a los camporistas. Es más, en tono amenazante, algunos sostienen que “pueden pasarla mal”.