La muerte del ex gobernador José Manuel de la Sota aceleró el proceso de renovación dentro de la principal fuerza política de la provincia. En el 2023 el peronismo cordobés se jugará la continuidad de un proyecto político que, después de 24 años ininterrumpidos, no tendrá a ninguno de sus dos mentores disputando de manera directa el terreno electoral.

A Juan Schiaretti la Constitución le veta la posibilidad de buscar un tercer mandato consecutivo por lo que el gobernador encara lo que será su último tramo como conductor político del PJ Córdoba. Entre él y su antecesor siempre rigió una máxima que se cumplió a rajatabla en el partido: quien gobierna, conduce.

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Por eso, cada ficha que moverá de ahora en adelante será en clave política electoral con el objetivo de preservar el capital de Hacemos por Córdoba para cuando haya que subir al ring a la renovada camada de dirigentes que ya hoy ocupan distintos cargos.

En estos meses de pandemia y frente a las limitaciones sanitarias que pesan sobre Schiaretti por su edad y su diabetes, Calvo tuvo una alta exposición pública y encabezó las reuniones del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) que debe coordinar las acciones por el Covid-19.

Y ahí comienzan a tallar varios nombres, entre ellos, el de su vicegobernador. Manuel Calvo cumple con alto perfil su función como presidente del cuerpo legislativo pero también tiene presencia dentro del Ejecutivo. Integra la mesa chica del mandatario provincial.

De hecho, en estos meses de pandemia y frente a las limitaciones sanitarias que pesan sobre Schiaretti por su edad y su diabetes, Calvo tuvo una alta exposición pública.

Mientras puede, recorre con asiduidad distintos puntos de la provincia; durante la cuarentena estricta encabezó el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) y hasta hoy es su responsabilidad coordinar y articular políticamente las distintas áreas y ministerios del Gobierno que intervienen frente al Covid-19.

Ciudad de Córdoba

Si bien por lo alto el también tres veces ministro de Córdoba sostiene que su prioridad es la gestión (a la que considera la mejor vidriera de posicionamiento) se sabe que es uno de los anotados en la carrera por la sucesión. Objetivo en el que también trabaja su coterráneo del departamento San Justo, el intendente capitalino Martín Llaryora quien, en principio, suena como la apuesta del peronismo para disputar la gobernación en la próxima parada electoral.

El ajuste de Llaryora en Córdoba, un caso testigo de como sobrevivir a la pandemia

Y aunque por ahora resulte prematuro hablar de candidaturas, la realidad es que el plan político que delinea Schiaretti para retener el poder demanda intervenciones en el corto plazo, muchas de las cuales, seguramente se cristalizarán con el armado de la lista para el año que viene.

En ese sentido, fuentes cercanas al gobernador que destacan la previsibilidad con que se mueve, no descartan repetir con Calvo la "experiencia Llaryora".

Es decir que, a mitad del mandato, Schiaretti le pida a su vicegobernador encabezar la lista de diputados y sumarle así una campaña más en su haber. Aunque desde el entorno de Calvo sostengan que el compromiso asumido es por cuatro años como segunda autoridad de la provincia y que, en todo caso, al funcionario le serviría más quedarse en Córdoba, la realidad es que el gobernador es quien tiene la lapicera.

Sólo basta recordar el enroque que hizo con Llaryora para las legislativas del 2017 cuando, frente a la negativa de José Manuel de la Sota de encabezar Diputados, le pidió a su vicegobernador que ocupe el primer renglón de la boleta de Unión por Córdoba. Y si por resultados se mide esa jugada, siendo ya diputado Llaryora y el PJ lograron arrebatarle, después de varias décadas, la Municipalidad al radicalismo.

Por el momento, Calvo apuesta a consolidarse en la gestión provincial con el objetivo puesto en el ´23 cuando el escenario para el peronismo cordobés será absolutamente distinto al de los últimos años.