El Senado reabrirá el miércoles 28 de junio con un nuevo informe de Marcos Peña, quien está decidido a cumplir con el compromiso constitucional de visitar el Congreso una vez al mes pero exige tecnología para no perder el tiempo.

Y en Diputados, donde lo esperan recién para julio, ya le están por dar el gusto: diseñaron una nueva aplicación que permitirá la carga de las preguntas de los diferentes bloques.

Los secretarios de las bancadas tuvieron sus primeras reuniones para su implementación y varios no entienden bien cuanto tiempo se ahorrarán.

Es que el sistema actual consiste en el envío de las preguntas con antelación y la respuesta por parte de la jefatura de Gabinete, que llega a la sesión con todo casi resuelto. 

En el recinto, cada bloque repite las consultas para montar su show y no dejará de hacerlo, porque es la escena más buscada  en tiempos electorales.

Es curioso que Peña exija tecnología: una de sus innovaciones para diferenciarse de sus antecesores es no usar computadoras y objetos electrónicos durante la sesión.

Se apoya en anotaciones y en apuntes que le acerca su secretaria de relaciones parlamentarias Paula Bertol y producen en tiempo real asesores de todos los ministerios. Un despliegue jamás visto.

Peña decidió este año cumplir por primera vez en la historia el artículo 101 de la Constitución, que obliga a los jefes de Gabinete a brindar el informe de gestión al menos una vez al mes, alternando las Cámaras.

Y no tardó en comprender que es difícil que no se repitan preguntas y respuestas, o su falta de respuestas, como cuando en su reciente visita a Diputados no quiso hablar del incremento al presupuesto en redes sociales.

Mientras que los diputados de La Cámpora ya acostumbraron a batirse a duelo con Peña; en el Senado no hay ánimo de verlo tan seguido.

En su último informe, los kirchneristas no quisieron quedarse y muchos otros no volvieron tras el primer cuatro intermedio, porque no se querían perder la reunión constitutiva de la bicameral de reforma tributaria.

En Diputados el jefe de Gabinete tampoco tuvo un final feliz: por primera vez en la historia, el titular del bloque oficialista no cerró la sesión con un discurso de respaldo. Es que Mario Negri estaba enojado porque sus correligionarios no tienen los lugares que esperan en las listas.