En el war room de Eduardo Verástegui las cosas están tomando forma. Aunque no es la primera incursión en política del actor y productor de Hollywood, las grandes ligas de la política mexicana lo han recibido como un disruptor, outsider, al estilo de su jefe político, Donald Trump.
Esta redacción pudo conocer que entre los asesores de Verástegui, patrocinados por extremistas de la alt-right internacional y la Iglesia Católica mexicana, se consideró contratar y traer a México al hijo del premio Nobel de Literatura, Álvaro Vargas Llosa.
Dos asuntos dificultaron un acuerdo con el peruano. Para empezar, las demandas de Vargas Llosa, que en materia económica no escatima a la hora de valorar sus honorarios. Aunque fue más el ambiente del país el que no atrae al peruano, un país con una hegemonía de izquierda.
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El otro asunto fue un veto del magnate Ricardo Salinas Pliego. Según esta versión, el dueño de Grupo Salinas -el gran financiador mexicano de la campaña de Verástegui- bloqueó la negociación con Vargas Llosa e hizo abortar la idea. La enemistad entre Salinas Pliego y Enrique Krauze es tan personal que no soportó la buena amistad de Vargas Llosa con el dueño de Letras Libres.
Aunque también hay historia de negocios en ello. Red Dorsal Finance, filial de TV Azteca en Perú, recibió la furia de los Vargas Llosa porque la empresa de medios de comunicación se sumó a una campaña en contra del régimen de Ollanta Humala, presidente aliado de los Vargas Llosa.
Aunque el propio perfil de Álvaro Vargas Llosa es el de un liberal republicano más cercano al centro derecha que al maximalismo de Verástegui, quien no tiene empacho en que lo vinculen con la ultraderecha del país. Antiabortista, anti "lobby gay" -como él lo llama-, el tamaulipeco es demasiado impresentable para los intelectuales del mundo libre.
Otro de los financiadores de la campaña de Verástegui es Juan Francisco Ealy Ortiz, el dueño de El Universal, quien a través de su operadora morenista Paola Félix Díaz infla la agenda y dota de recursos al aspirante presidencial independiente, ayudando incluso en la recolección de firmas que necesita para que el INE valide su postulación.
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